Europa

La UE intenta recuperar la iniciativa en el Mediterráneo

Bruselas impulsa el pacto para relanzar las relaciones en la región, 30 años después del Proceso de Barcelona

Joško Klisović, Nasser Kamel, Dubravka Šuica, y Jaume Duch en la Conferencia de Ciudades Mediterráneas Barcelona
27/11/2025
4 min

BarcelonaEl 28 de noviembre de 1995 se reunían en Barcelona los ministros de Exteriores de los países de la Unión Europea, que tenía entonces 15 miembros, con sus homólogos de los 12 vecinos del sur y el este del Mediterráneo. En la declaración firmada hace 30 años y que lleva el nombre de la capital catalana, se mostraban convencidos de que "para hacer de la cuenca mediterránea un ámbito de diálogo, intercambio y cooperación que garantice la paz, la estabilidad y la prosperidad es necesario consolidar la democracia y el respeto a los derechos humanos, conseguir un desarrollo económico y social sostenible y equilibrado, luchar contra la pobreza". Treinta años más tarde, el Mediterráneo es el escenario del genocidio de Gaza, la promesa de democracia parece más lejos que nunca y sus aguas se han convertido en una gran fosa común para los migrantes. Este viernes, en el mismo marco, se presenta el Pacto para el Mediterráneo, la nueva estrategia de la UE con un planteamiento mucho más pragmático: el Mare Nostrum es "un espacio de oportunidades, desafíos y responsabilidades compartidas".

El principal objetivo es integrar a los países de la cuenca mediterránea. Se prevén acciones en el ámbito de la educación superior, la formación profesional, la movilidad, la cultura, el turismo, el deporte y la creación de una "Universidad Mediterránea" y medidas para promover salidas para la juventud y las mujeres. En el ámbito de la economía el pacto busca atraer inversión sostenible, fomentar energías limpias y tecnología verde, mejorar la gestión del agua, impulsar la economía azul, la agricultura, la conectividad digital y el transporte, y facilitar el surgimiento de start-ups. El pacto pretende también integrar cadenas de suministro en sectores como la salud y la agricultura. Y el tercer paquete es la seguridad, la gestión migratoria y la preparación frente a la emergencia climática. Una de las medidas estrella en este sentido es la creación de un hub para la lucha contra los incendios forestales en la isla de Chipre.

La UE habla de valores compartidos, pero ya no condiciona su política con los vecinos del sur a cosas como el respeto a los derechos humanos o la promoción de la democracia. De hecho, en el documento del pacto, la palabra libertades sólo se menciona una vez. "Creemos que tenemos unos principios comunes que queremos defender juntos, pero no incluimos elementos de condicionalidad porque esto es un pacto: Europa debe dejar de dar lecciones y pensamos que si ayudamos al desarrollo socioeconómico estamos contribuyendo a la democracia", explica al ARA Stefano Sannino, director general de la Unión Europea para el Próximo. El diplomático italiano añade que el objetivo es aplicar un paquete de medidas concretas y hacerlo de forma flexible, sin esperar a que todos los países en las dos orillas del Mediterráneo avancen unánimemente.

En la misma línea del pacto, los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión para el Mediterráneo (UpM), el organismo con sede en Barcelona que agrupa a los 43 países de la región, debatirán los retos más urgentes, sobre todo la situación en Oriente Próximo, y adoptarán la nueva estrategia del organismo para los próximos años. Una hoja de ruta que plantea la cooperación regional en torno a tres ejes fundamentales: conectar a las personas, promoviendo la educación, la movilidad, la formación de competencias y la inclusión social; conectar a los países, fomentando el diálogo regional, la resiliencia climática, la transición energética y la seguridad hídrica, y conectar las economías, impulsando el comercio, las inversiones, las infraestructuras y la cooperación digital. El secretario general de la UpM, el diplomático egipcio Nasser Kamel, recordó que la emergencia climática es "el principal reto en una región que se calienta un 20% más rápido que el resto del planeta y donde el aumento del nivel del mar amenaza a grandes ciudades". Muchos de los proyectos del organismo se centran en promover infraestructuras de energías renovables, como una planta térmica de Áqaba, en Jordania, o un parque eólico de Tetuán, en Marruecos. La adopción de medidas políticas para la igualdad de género es también una de las prioridades de la UpM.

Apagando fuegos

Hace 30 años la UE se hacía un hueco en el mundo con optimismo: había caído el Muro de Berlín, existía la sensación de que Europa tenía cosas que ofrecer (básicamente un mercado común), y que además podía ser un vector de paz a su alrededor con acuerdos de asociación con los vecinos. Ahora el Mediterráneo es una región mucho más turbulenta, marcada por la brutalidad de la guerra de Gaza, para la que Bruselas y las capitales europeas no parecen tener otra idea que defender la solución de dos estados, cuando el estado palestino se borra del mapa y la situación política en Israel lo descarta de lleno. En su último discurso del estado de la Unión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mencionó el Mediterráneo sólo por hablar de Gaza y del hub contra los incendios forestales en Chipre: Europa trabaja sólo en modo crisis, apagando fuegos.

En un mundo donde los conflictos no se cierran, sino que se enquistan, con diferentes fases de intensidad, donde la multiplicación de actores y las injerencias externas hacen que el sufrimiento humano no sea suficiente para desgastarlos, la deriva trumpiana hace que también haya menos recursos para apagar fuegos. Y en un contexto en el que el sistema ONU y el derecho internacional parecen papel mojado, Europa sigue buscando su sitio; al menos en su zona de influencia más directa, el Mediterráneo, con sus vecinos más cercanos. Pero Estados Unidos, China y Rusia también tienen fuertes intereses en la región. La croata Dubravka Šuica, comisaria europea del Mediterráneo, un cargo creado hace apenas nueve meses, admite: "Europa es quien más invierte en los países del sur del Mediterráneo. No queremos ser sólo pagaderos, también queremos ser actores".

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