Europa

El Vaticano autoriza como lugar de culto al pueblo de Bosnia donde se dice que se vio a la Virgen

La localidad se ha convertido en lugar de peregrinación a millones de personas, pero la controversia está servida

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Creyentes católicos rezan en el lugar donde se cree que la Virgen María apareció en Medjugorje, Bosnia y Herzegovina.

RomaEl 24 de junio de 1981 dos chicas de 15 y 16 años, Ivanka Ivankovic y Mirjana Dragicevic, explicaron que habían visto una figura femenina sobre una pequeña nube mientras caminaban por las colinas de Medjugorje, un pequeño pueblo enclavado en la entonces Yugoslavia comunista. En los días siguientes, otros cuatro jóvenes de la localidad aseguraron que habían visto la imagen, que identificaron como la Virgen María. Los adolescentes explicaron los supuestos mensajes de paz que la imagen les habría confiado. Desde entonces este enclave, que pertenece hoy a Bosnia y Herzegovina, se ha convertido en zona de peregrinación y escenario de una de las apariciones marianas más controvertidas de la Iglesia católica.

Después de meses de investigación, el Vaticano ha reconocido oficialmente como lugar de culto al santuario mariano de Medjugorje, que recibe a más de un millón de visitantes cada año, por los “abundantes frutos espirituales” producidos, pero ha evitado pronunciarlos se sobre la veracidad de las supuestas apariciones de la Virgen y su "carácter sobrenatural".

"Se han producido muchos frutos positivos y no se han difundido efectos negativos o de riesgo entre el pueblo de Dios", señaló el prefecto del dicasterio para la doctrina de la fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, en un extenso informe que el papa Francisco autorizó a publicar el 28 de agosto. La sentencia confirma que no existen inconvenientes doctrinales, ni tampoco evidencias de presuntas estafas o engaños.

El informe final llega después de aplicar a este caso las nuevas normas aprobadas en mayo que endurecen el reconocimiento de estos fenómenos, tras las dudas sobre las apariciones expresadas en el pasado por el papa Francisco. “La Virgen es madre, pero no es una cabeza de correos para enviar mensajes todos los días”, dijo en una ocasión el pontífice argentino para mostrar su escepticismo.

Con las nuevas reglas promulgadas recientemente, ni el obispo ni el Vaticano pueden declarar la “sobrenaturalidad de un fenómeno”, una facultad que queda en manos exclusivamente del Papa, que puede hacerlo “de manera completamente excepcional”. Después de un estudio por parte del obispo, basta con un nihil obstado (no hay objeción). Por tanto, la respuesta vaticana sobre Medjugorje no aborda la cuestión de si las apariciones son creíbles o no, sino que se limita a pronunciarse sobre los supuestos mensajes de la Virgen María y la espiritualidad de los peregrinos.

En concreto, el Vaticano ha explicado que valora muy positivamente la experiencia espiritual de las personas que van a venerar a la Virgen, ya que “parece que la gente va a Medjugorje sobre todo para renovar su fe más que por hacer peticiones concretas”, pero añade que a los fieles “hay que orientarles fuertemente a aceptar que las peregrinaciones no se hacen para encontrarse con supuestos videntes, sino para tener un encuentro con María”.

Asimismo, especifica que, “si bien en el conjunto de los mensajes relacionados con esta experiencia espiritual encontramos muchos elementos positivos que ayudan a acoger la llamada del Evangelio, ciertos mensajes (que llegan a través de las supuestas apariciones) presentarían contradicciones o estarían relacionados con los deseos o intereses de los presuntos videntes o de otras personas”.

Estafas y manipulaciones

En este sentido, es conocido el caso del padre Tomislav Vlasic, ex párroco de Medjugorje y durante muchos años guía espiritual de los videntes, que fue excomulgado después de ser acusado de haber difundido “herejías”, de “manipulación de conciencias” y de haber tenido relaciones sexuales con una monja. Además, algunas investigaciones periodísticas han acusado a algunos supuestos videntes de lucrarse a través de hoteles, tiendas y agencias que promueven los viajes de los peregrinos.

Uno de los más críticos con este fenómeno es el exobispo de Mostar Ratko Peric, cuyo territorio incluye la pequeña parroquia de Medjugorje, gestionada por los franciscanos. En numerosas ocasiones ha reiterado que no cree en las apariciones marianas que atraen a cerca de un millón de visitantes cada año desde hace más de 40 años.

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