Manifestación de 35.000 personas en Viena para reclamar el fin de la "dictadura" de la pandemia

Dos días antes de volver al confinamiento, miles de personas –35.000, según la policía– se han manifestado este sábado en Viena contra las restricciones anticovid, 24 horas después de que el gobierno austríaco anunciara un confinamiento general y la obligatoriedad de vacunarse para toda la población a partir de febrero. La concentración ha sido convocada por el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) contra lo que su líder, Herbert Kickl, ha tildado de "dictadura". A pesar de ser el promotor, Kickl no ha podido asistir porque se ha contagiado de covid.

A pesar de que la protesta ha sido, en general, pacífica, algunos manifestantes se han enfrentado con la policía y les han lanzado bombas de humo y objetos, según muestran imágenes publicadas por medios locales. Un portavoz de la policía austríaca ha detallado que se han producido una decena de detenciones por romper las restricciones contra el covid y por llevar símbolos nazis, según ha informado Reuters.

Más graves han sido las protestas en la ciudad neerlandesa de Rotterdam, donde varias personas han quedado heridas en unos disturbios violentos el viernes por la noche para protestar contra las restricciones anticovid. Dos de ellas están siendo tratadas al hospital con heridas de bala, según ha informado la policía neerlandesa. "Dos alborotadores resultaron heridos al recibir el impacto de una bala", ha confirmado en un comunicado en el que ha detallado que se detuvo a 51 personas, la mitad de las cuales menores de edad, que habían llegado desde varias partes de los Países Bajos.

El alcalde de la ciudad, Ahmed Aboutaleb, ha condenado lo que ha calificado como una "orgía de violencia" en la que centenares de personas incendiaron coches y mobiliario urbano, encendieron petardos y lanzaron piedras y objetos contra la policía, que respondió con agua a presión y disparos de advertencia. "La policía se vio obligada a sacar las armas", ha dicho Aboutaleb en una rueda de prensa el sábado. Las autoridades policiales no han confirmado que las balas que hirieron a dos manifestantes fueran disparadas por la policía, y ha dicho que el departamento de investigación criminal lo está investigando.

Un agente también resultó herido en una pierna y está en el hospital, mientras que otro policía fue tratado en el lugar de los hechos. "Numerosos policías sufrieron heridas leves y daños auditivos durante los ataques con piedras y fuegos artificiales", ha manifestado la policía, que ha añadido que todavía no se ha identificado a todos los sospechosos de haber participado en los disturbios pero que han recibido imágenes que pueden ayudar en esta tarea.

El ministro de Justicia de los Países Bajos, Ferd Grapperhaus, también ha lamentado "la extrema violencia" contra los agentes y los bomberos y la ha tildado de "repulsiva". "El derecho de protesta es muy importante en nuestra sociedad, pero lo que vimos ayer noche es simplemente comportamiento criminal", ha añadido en un comunicado. Los Países Bajos fueron el primer estado europeo en reintroducir un confinamiento parcial el fin de semana pasado, y el gobierno tiene planes de endurecer las restricciones todavía más y aplicar un confinamiento para los no vacunados.

Los manifestantes, convocados a través de las redes sociales, se concentraron para mostrar su rechazo a las nuevas medidas. La propuesta del ejecutivo de Mark Rutte es prohibir el acceso a las personas que no están inmunizadas a determinados lugares públicos, una medida que esta semana se ha extendido a varios países del continente.

Los disturbios del viernes recuerdan a los que se produjeron a principios de este año también en Rotterdam, entonces contra el toque de queda, en los que también se registraron fuertes enfrentamientos entre la policía y jóvenes que salieron a la calle.

El sábado por la tarde había prevista otra manifestación en Amsterdam, pero los organizadores la cancelaron por los disturbios de ayer por la noche en Rotterdam. Aún así, varios centenares de personas se concentraron en el centro de la capital neerlandesa vigilados por una fuerte presencia policial, pero sin choques.