¿Es la indumentaria de Zelenski una falta de respeto?


En el tenso encuentro entre Trump y Zelenski, un periodista transmitió al presidente ucraniano que muchos estadounidenses se sentían ofendidos por el hecho de que no hubiera llevado traje. Desde que estalló el conflicto armado, Zelenski adoptó la indumentaria militar como una estrategia comunicativa brillante, para que nadie olvide que su país está en guerra y que, pese a no estar en el frente, él también está luchando. Podría haber elegido una indumentaria militar de gala y llena de galones, pero prefirió la de soldado raso, como idea de igualdad, fraternidad, austeridad y muestra de sensibilidad hacia el sufrimiento y sacrificio de su pueblo. Una vestimenta que, además, apodera y dignifica su imagen para contrarrestar el hecho de tener que mendigar constantemente ayuda internacional.
Pero esta imagen de fortaleza no le gusta a Trump. Y esto nos remonta a los monarcas absolutos europeos, que tenían normas estrictas para los embajadores extranjeros, que debían someterse a la moda del país como muestra de respeto. Como resultado, el visitante aceptaba una sumisión estética que lo colocaba en clara desventaja, tal y como habría querido también Trump. En cuanto a las otras opciones de Zelenski, la primera sería llevar un traje de alta calidad, lo que despertaría el enfado de su pueblo. Si el traje fuera modesto, le restaría dignidad estética respecto al resto de dignatarios mundiales. Con la indumentaria militar, Zelenski nos está diciendo que nada puede volver a la normalidad mientras su país esté en guerra y que, una vez acabe, tal y como él mismo responde al periodista del Despacho Oval, podrá llevar un traje tanto o mejor que el que luce el periodista, y quizás más barato.