Extrema derecha

La inteligencia alemana pone bajo vigilancia al partido de ultraderecha Alternativa para Alemania

Considera que hay indicios sólidos de violaciones del orden constitucional y podrá espiar las comunicaciones de los miembros de la formación

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El copresidente del grupo de Alternativa por Alemania al Bundestag, Alexander Gauland, este miércoles en Berlín

SabadellAlternativa para Alemania (AfD) está bajo sospecha de haber llevado a cabo prácticas anticonstitucionales. Lo ha determinado la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, en alemán), la rama interna de los servicios secretos alemanes, que a partir de ahora estará autorizada a emplear métodos de espionaje para investigar las actividades del partido, como por ejemplo la interceptación de las comunicaciones de sus miembros o la infiltración de agentes de incógnito en sus filas. Se trata de un gesto inédito: desde el fin del régimen nazi, en 1945, ningún partido alemán había sido investigado de este modo por los servicios de inteligencia.

Hace dos años, la BfV ya clasificó al partido de ultraderecha como "caso a examinar", una fase preliminar del proceso de investigación durante la cual se ha incrementado la vigilancia sobre la formación pero únicamente a través de fuentes accesibles, como por ejemplo las declaraciones públicas de sus representantes o artículos periodísticos. Con este material, el organismo ha elaborado un informe de cerca de mil páginas en el cual considera que hay indicios lo bastante sólidos para considerar que, efectivamente, el partido actúa en contra de los principios constitucionales y que, por lo tanto, puede ser objeto de una investigación más profunda. Si esta nueva fase del análisis confirma que la actuación de Alternativa para Alemania vulnera la Constitución, el siguiente paso podría ser pedir al Tribunal Constitucional que estudie la posible ilegalización del partido.

De hecho, tres federaciones territoriales del partido ya estaban siendo investigadas como sospechosas. Una de estas es la de Turingia, cuyo líder, Björn Höcke, era el fundador de la rama considerada más extremista del partido, denominada Der Flügel [el ala], sobre la cual los servicios secretos consideraron el año pasado que tenía "aspiraciones de extrema derecha confirmadas". Semanas después, la dirección del partido aprobó su disolución.

El AfD ya sospechaba que los servicios secretos tenían la intención de clasificar el partido como sospechoso y por eso presentó una demanda contra la BfV ante el Tribunal Administrativo de Colonia. A pesar de que no ha conseguido el objetivo de evitar que se diera este paso, según el semanario Der Spiegel la formación sí que ha obtenido el compromiso de los servicios de inteligencia, ante el Tribunal, que mientras que no se resuelva el caso no espiarán a ningún representante del partido en los parlamentos federal, regionales ni europeo, ni tampoco los candidatos a las elecciones que se tienen que celebrar este año.

Año electoral

Desde las elecciones federales del 2017, Alternativa para Alemania es el tercer partido con mayor representación al Bundestag, y sus 88 diputados forman el principal grupo de la oposición, puesto que las dos fuerzas principales (la CDU y la SPD) forman la coalición de gobierno. Las encuestas indican que en las elecciones previstas para septiembre el AfD difícilmente repetirá el 12,6% de votos que consiguió hace cuatro años, y podría pasar a ser la cuarta fuerza del Parlamento, con un apoyo alrededor del 10%. La decisión de la BfV, sin embargo, podría alterar estas expectativas y afectar también a las seis elecciones regionales que hay previstas a lo largo de 2021.

"El BfV actúa de manera puramente política sobre el caso del AfD", ha tuiteado la copresidenta del grupo parlamentario de Alternativa para Alemania en el Bundestag, Alice Weidel, que considera que la investigación "es completamente injustificada y no tiene ningún fundamento". "No es casualidad que esta información haya sido filtrada a la prensa en año electoral y pocos días antes de dos elecciones importantes", ha añadido. "Las intenciones son claras: primero nos convierten en un caso a examinar, ahora somos un caso sospechoso y estamos bajo vigilancia, y en algún momento llegará la petición para prohibir nuestro partido. Esto, gracias a Dios, lo tendrá que decidir el Tribunal Constitucional, y no la BfV", ha afirmado Alexander Gauland, el otro copresidente del grupo.

En 2017, el Tribunal Constitucional rechazó ilegalizar el Partido Nacional Democrático, una formación neonazi, porque, a pesar de ser claramente contrario a la Constitución, era una fuerza demasiado minoritaria para suponer una amenaza real a la democracia.

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