Kamala Harris hace historia y se erige en la voz del cambio

La primera mujer vicepresidenta tiene ahora un voto decisivo

S.s.
3 min
Kamala Harris,  vicepresidenta dels Estats Units

Barcelona“No me digáis que las cosas no pueden cambiar”, proclamó ayer el presidente Joe Biden. A su lado, la flamante vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, encarnaba más que nadie este cambio: la primera mujer vicepresidenta del país, la primera afroamericana y la primera con orígenes asiáticos, al ser hija de madre india y padre jamaicano. Una voz potente para las mujeres y para las mujeres negras en un país que la necesita desesperadamente.

Ayer juró el cargo ante la primera jueza hispana del Tribunal Supremo, Sonia Sotomayor. Poco antes, Barack Obama, que hizo historia hace solo doce años al convertirse en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, la había saludado con un choque de puños: “Estoy muy orgulloso de ti”, le dijo. Harris también arranca habiendo rompiendo muchos moldes, pero al hito se añade también el peso de la responsabilidad, que quizás la someterá a un escrutinio más férreo que a su compañero de ticket, sobre todo desde el bando opositor. Los republicanos han tratado de pintarla como una progresista radical que llevará la agenda de Biden hacia la extrema izquierda, pero la realidad es que sus posicionamientos son más moderados que los de algunos de sus compañeros de partido y que se ha comprometido con la agenda de Biden, que buscará el consenso bipartidista.

Pero su rol principal, al menos de momento, estará en el Congreso, donde su capacidad de desempate como presidenta del Senado le ofrece una posición clave para conseguir sacar adelante las políticas del gobierno de Biden. Con un Senado dividido completamente 50 a 50, su voto clave servirá para hacer pasar las legislaciones que hasta ahora la mayoría republicana mantenía bloqueadas.

De hecho, su primer acto oficial como vicepresidenta la llevó ayer mismo al Capitolio para tomar juramento a los tres nuevos senadores demócratas acabados de escoger, dos de ellos en el estado de Georgia, que fueron claves para arrebatar la mayoría a los republicanos en esta cámara. Si bien los vicepresidentes de los Estados Unidos acostumbran a empezar sus mandatos viajando a todo el país para promocionar la agenda del nuevo gobierno, Harris tendrá que pasar mucho tiempo en el Capitolio ejerciendo su poder de desempate como presidenta del Senado.

A pesar de que no se le ha asignado una cartera de asuntos concreta, además de su voto clave en el Senado, Harris aportará también su experiencia en materia judicial -fue la primera mujer nombrada fiscal general de California- en la configuración de las nuevas políticas raciales que Biden pretende impulsar desde la Casa Blanca. Unas políticas que se han convertido en prioridad del nuevo gobierno a raíz del movimiento masivo de protesta que impulsó el Black Lives Matter el año pasado contra la discriminación racial de la policía.

Posible presidenta

Pero todavía hay otro motivo por el cual todos los ojos miran a Kamala Harris. Y está en la enmienda 25 de la Constitución, que especifica que en caso de incapacidad o muerte del presidente en el cargo, lo sucederá su vicepresidente. Los 78 años de Biden, una edad que lo convierte en el presidente más viejo de la historia en el momento de tomar posesión, acercan más que nunca la posibilidad que Harris asuma la presidencia en algún momento, aunque sea de manera temporal. También ha habido especulaciones sobre la posibilidad de que Biden no se presente a las elecciones para un segundo mandato, cuando ya tendría 82 años, cosa que colocaría a Harris, que ya fue candidata demócrata en la presidencia durante las primarias del año pasado, en un lugar privilegiado de proyección pública para optar a la candidatura.

Pero si no es en 2024, también lo podría intentar más tarde, de hecho. Todo dependerá, entonces, de la gestión que haga y del papel que juegue desde este podio que es la vicepresidencia de los Estados Unidos.

“Estoy aquí hoy gracias a las mujeres que vinieron antes de que yo”, decía Harris ayer por la mañana en un tuit en el que enumeraba dentro de un vídeo a varias líderes y activistas negras y latinas que han luchado por los derechos de las mujeres y de las minorías raciales en su país. El color violeta de su vestido al tomar posesión parecía también un recordatorio de la lucha feminista y de su propia tarea. Ahora le toca a ella abrir camino para todas las que vendrán después.

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