Más de 150 ballenas, condenadas a morir tras quedar varadas en una playa en Tasmania
Los expertos han intentado ayudar a los 90 ejemplares que quedaban en vida pero no han podido hacer nada.
BarcelonaUn total de 157 ballenas han muerto o serán sacrificadas tras quedar varadas en una playa en el noroeste de Tasmania, una isla del sur de Australia. En concreto, según informaron las autoridades locales, se trata de falsas orcas, una especie de cetáceo conocido por ser el mayor miembro de la familia de los delfines oceánicos. Una vez localizadas, diferentes equipos formados por veterinarios expertos en animales salvajes y conservacionistas marinos se han desplazado a ellos para tratar de salvar a unas 90 ballenas que todavía sobrevivían en la arena.
Pero no ha sido posible. Un comunicado del departamento de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Tasmania explica que las malas condiciones meteorológicas no le han ayudado. Tampoco el alto nivel de estrés que estaban sufriendo después de haberse quedado atascadas. La sesentena de falsas orcas restantes del grupo ya estaban muertas en el momento en que los expertos han llegado a la playa, situada en el pequeño municipio de Arthur River. "Todas las ballenas que quedan vivas serán sacrificadas. Cuanto más tiempo estén atascadas, más sufrirán. Todas las opciones alternativas han resultado infructuosas. La eutanasia siempre es el último recurso", ha dicho el biólogo Kris Carlyon.
¿Por qué ocurre?
El varamiento masivo de ballenas en la isla de Tasmania no es inusual. Estos últimos años ha habido varios. De hecho, en el 2020, se produjo lo peor de la historia en la zona: 470 ballenas cabeza de puchero negro quedaron varadas en el oeste de la isla. Tan sólo pudieron salvar un centenar, que se volvieron a alta mar. Lo que ya no es tan habitual es que se acerquen tanto a la costa las falsas orcas. En Tasmania no se había vivido un varamiento de este animal en más de cincuenta años.
El motivo aún se desconoce y las teorías que estudia la comunidad científica son diversas. Hay quien cree que las ballenas acuden a los litorales atraídas por sonares de grandes embarcaciones. Al ser animales sociales y que se mueven en grupo, también hay quienes creen que los grupos que se pierden podrían haber estado siguiendo un ejemplar desorientado que por culpa de alguna enfermedad se hubiera desplazado hasta aguas poco profundas.