La organización de Trump, acusada de un entramado para evadir impuestos
La Fiscalía analiza quince años de irregularidades mientras el expresidente habla de "caza de brujas"
BarcelonaLa organización empresarial del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump ha sido acusada este jueves por la Fiscalía de Nueva York de haber ejecutado un plan, a lo largo de quince años, para ayudar a los ejecutivos de la compañía a evitar el pago de impuestos. El mecanismo era muy simple: los directivos recibían compensaciones en metálico u otro tipo de beneficios que no quedaban reflejados en los balances contables y, por lo tanto, quedaban fuera del radar de la hacienda pública.
La oficina del fiscal del distrito de Manhattan, que ha llevado a cabo la investigación, ha acusado explícitamente al ejecutivo Allen H. Weisselberg de evadir impuestos sobre 1,7 millones de dólares en un seguido de los mencionados beneficios que se tendrían que haber declarado como ingresos. Weisselberg, responsable financiero durante muchos años del entramado, y hombre de confianza de Donald Trump, se enfrenta, entre otros, al delito de fraude fiscal.
"Por decirlo francamente, se trataba de un sistema de pagos ilegales extendido y audaz", dijo Carey Dunne, abogada general del fiscal del distrito de Manhattan, cuando los acusados comparecieron debido a esta demanda ante el Tribunal Supremo del estado, en Manhattan. La formulación de los cargos contra la Organización Trump y Weisselberg, a quien Trump ha elogiado en una ocasión por haber hecho “todo lo necesario para proteger los resultados”, ha abierto una nueva fase de la investigación exhaustiva del abogado del distrito sobre las prácticas comerciales del expresidente y su compañía.
Weisselberg se ha entregado este jueves a la oficina del fiscal del distrito de Manhattan. De momento, ni Trump ni ninguno de sus hijos han sido imputados. Antes de presentarse ante el juez, Weisselberg tenía la "intención de declararse inocente y luchará contra estos cargos en los tribunales", dijeron en un comunicado conjunto los abogados de Weisselberg, Mary Mulligan y Bryan Skarlatos. Una acusación contra la Organización Trump podría socavar las relaciones comerciales de la empresa y complicar el futuro político de Trump, que podría estar considerando volver a presentarse a las elecciones presidenciales de 2024.
Cyrus Vance, el abogado del distrito, inició su investigación, todavía en curso, hace casi tres años y ha estado trabajando en los últimos meses con la oficina de la fiscal general de Nueva York, Letitia James. Vance y James son demócratas.
"Caza de brujas"
En un comunicado, la Organización Trump ha declarado que los fiscales utilizan a Weisselberg, que ha trabajado durante 48 años para la empresa familiar de Trump, como cabeza de turco para intentar "hacer daño al expresidente". La compañía también critica el hecho de que sea Vance quien conduzca el caso, porque considera que es imparcial y que ni el servicio de impuestos internos ni ningún otro abogado de distrito han llevado nunca una investigación como esta. "Esto no es justicia; esto es política", dijo la compañía.
Aún así, no se espera que Trump pueda ser acusado esta semana, ha dicho su abogado Ronald Fischetti. El expresidente ha negado la falta de actuaciones ilícitas y ha calificado la investigación de "caza de brujas" por parte de fiscales con motivación política. También ha añadido que su empresa "no ha cometido ningún delito".
Los cargos que se presentarán este jueves se centrarán en si Weisselberg y otros ejecutivos recibieron ventajas y tratos de favor, como por ejemplo apartamentos y coches, sin declararlo en sus impuestos. De ser condenada, la empresa haría frente a multas y otras posibles sanciones.
Tratos de favor
La presentación de cargos podría aumentar la presión sobre Weisselberg para que coopere con los fiscales, cosa que se ha negado a hacer hasta ahora. Esta cooperación podría ser crucial para cualquier caso futuro contra Trump.
La Organización Trump opera hoteles, campos de golf y complejos turísticos en todo el mundo. Antes de entrar en la Casa Blanca en enero de 2017, Trump puso su empresa en un fideicomiso supervisado por sus hijos adultos y Weisselberg, que ha mantenido un control estrecho sobre las finanzas de la empresa. No se sabe con seguridad qué papel tiene Trump ahora en la empresa.
El expediente judicial, los registros públicos y los documentos citados muestran que Weisselberg y su hijo Barry han recibido ventajas y regalos potencialmente por valor de centenares de miles de dólares, incluidos muchos beneficios relacionados con la propiedad inmobiliaria. Vance ha examinado una serie de posibles faltas, incluso si la compañía de Trump manipuló el valor de sus bienes inmuebles para reducir sus impuestos y obtener condiciones favorables de préstamo.