Hamás y Fatah pactan un "gobierno de unidad nacional" con la mediación de China

Las facciones palestinas firman en Pekín un acuerdo para asegurarse el poder en Gaza cuando acabe la guerra

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Instantes previos a la foto de familia para recordar la firma del pacto entre las facciones palestinas en Pekín.

BarcelonaLas facciones palestinas han firmado este martes en Pekín un pacto de unidad nacional que pretende asegurarse el gobierno de Gaza cuando acabe la guerra. El acuerdo, que se gestó en una primera ronda negociadora en Moscú en febrero y se ha cerrado después de tres días de conversaciones en China, sienta las bases de un "gobierno interino de reconciliación nacional" con la firma de ambos principales partidos palestinos, Hamás y Al Fatah, y está apoyado por otras doce formaciones.

Aunque no es la primera vez que las direcciones políticas palestinas firman un acuerdo para acabar con 17 años de división, el compromiso va más allá que nunca. Los palestinos se dividieron con los Acuerdos de Oslo, que establecieron la Autoridad Palestina y que fueron aceptados por Al Fatá pero no por Hamás, ni por la Yihad Islámica, ni por las organizaciones de izquierdas. El triunfo electoral de Hamás en las últimas elecciones palestinas, celebradas en el 2006, que fue rechazado por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea y también por Al Fatá, llevó a una breve guerra civil interpalestina ya la formación de dos autoridades enfrentadas: Hamás en Gaza y Al Fatá en Cisjordania. Otros intentos de reconciliación desde entonces han terminado en fracaso.

En este punto, las facciones palestinas intentan bloquear los intentos de Israel de establecer algún tipo de gobierno palestino para gestionar Gaza al día siguiente de la guerra. Aunque los partidos de ultraderecha que forman parte del gobierno israelí apuestan por la reconquista de Gaza –con la expulsión de los palestinos de la Franja y el restablecimiento de las colonias israelíes–, Netanyahu ha sido más partidario de dejar el control de la Franja en algún tipo de entidad palestina que pueda controlar, y así ahorrarse el coste del empleo. Después de más de nueve meses de guerra, Gaza está arrasada, pero el ejército no ha logrado controlar el territorio ni ha encontrado a nadie dispuesto a sustituir a Hamás en el gobierno de la Franja.

El acuerdo incluye también formar una dirección palestina unificada hasta que se puedan celebrar "elecciones libres", y una declaración genérica de unidad ante los ataques israelíes sobre los dos territorios palestinos. Israel ha reaccionado rápidamente contra el acuerdo acusando al presidente palestino Mahmoud Abbas de "abrazar a los asesinos y violadores de Hamás", en palabras del ministro de Exteriores, Israel Katz.

Los movimientos de Xi Jinping

El otro protagonista del acuerdo ha sido China, que ya había acogido a delegaciones palestinas en el mes de abril. Pekín está ganando peso en la región, donde se presenta como un poder autónomo de Estados Unidos, que sólo ha basado su política exterior en un apoyo prácticamente incondicional en Israel. Pekín apoya la solución de ambos estados y se está convirtiendo en un actor diplomático importante en Oriente Próximo después de haber facilitado, por ejemplo, el restablecimiento de relaciones entre Irán y Arabia Saudí, el año pasado.

Esta tendencia, de hecho, también muestra un cambio importante en las relaciones internacionales de Xi Jinping. Históricamente, China siempre había querido mostrarse como un actor alejado de los grandes focos internacionales, y limitaba sus acciones exteriores en la política de la no interferencia. El propio Xi había justificado en varias ocasiones esta conducta asegurando que China no quiere interferir en las políticas interiores de los demás países. Pero la estrategia de Pekín, consolidada ahora como una de las grandes potencias globales y de futuro, está cambiando y ocupa cada vez más sitios de relevancia en conflictos de gran peso internacional, como la guerra en Gaza o la invasión rusa en Ucrania.

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