¿Cuáles son las pretensiones de Israel para el futuro de Gaza?
Netanyahu sigue sin aclarar sus planes sobre la gobernanza de la Franja mientras ganan terreno las voces más ultras, que abogan por una limpieza étnica
El CairoEl categórico rechazo que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, expresó este jueves contra la demanda de Estados Unidos de avanzar en la creación de un estado palestino, en el marco de la negociación sobre el futuro de Gaza una vez cese la ofensiva israelí, ha vuelto a evidenciar la falta de estrategia política que acompaña a la campaña militar en curso.
Pese a haberse superado ya los 100 días desde el inicio de la devastadora guerra contra Gaza, el ejecutivo de Israel, y sobre todo Netanyahu, siguen sin definir, al menos abiertamente, qué plan tienen para la gobernanza futura de la Franja. Una falta de claridad que está cediendo la iniciativa al ala más extremista del gabinete, considerado el más ultraderechista de la historia del país, y que está generando una creciente inquietud entre sus aliados internacionales.
Desde un principio, Netanyahu ha reiterado que la ofensiva sobre Gaza persigue dos grandes objetivos a corto plazo: derrotar a Hamás y liberar a todos los rehenes que fueron secuestrados durante el ataque del movimiento palestino en el sur de Israel el 7 de ' octubre. En este sentido, el primer ministro ha insistido en que no se va a conformar con nada que no sea "una victoria absoluta", aunque esto suponga tener que mantener el estado de guerra durante meses.
Sin embargo, sus ambiciones a medio y largo plazo son mucho más vagas. Netanyahu ha asegurado que tiene la intención de desmilitarizar y desradicalizar la Franja, y en varias ocasiones ha trazado un paralelismo sui generis con la gestión de Alemania y Japón por parte de las potencias aliadas, sobre todo Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial.
A partir de ahí, Netanyahu ha dejado claro que quiere que Israel retenga la responsabilidad militar sobre Gaza una vez terminada la ofensiva. Pero a la hora de explicar quién cree que debería asumir el gobierno civil de la Franja, el primer ministro se ha limitado a detallar lo que no va a permitir: ni Hamás ni la Autoridad Palestina que administra parte de la Cisjordania ocupada .
La irresolución de Netanyahu en este frente está contribuyendo a alimentar divisiones internas en el gobierno y en el país. En este sentido, muchas de las familias de los rehenes de Gaza piden un nuevo alto el fuego que permita su liberación. Y cada vez más voces cuestionan la viabilidad de los objetivos de Netanyahu y advierten de la insostenibilidad política, social, económica, diplomática y legal de la actual ofensiva militar, de tintes genocidas.
Los críticos de Netanyahu también temen que el primer ministro quiera prolongar y extender la campaña militar en parte para evitar tener que afrontar preguntas incómodas sobre el futuro de Gaza, seguir posponiendo una investigación sobre los errores que hicieron posible el ataque del 7 d octubre, y alejar unas elecciones cuando las encuestas le sitúan en horas bajas.
El ala dura y los colonos
Esta falta de dirección política también está siendo aprovechada por el sector más ultraderechista de la coalición de gobierno de Israel para adelantar su agenda, que pasa por reocupar a Gaza, expulsar a los palestinos y reasentar el territorio con colonos judíos. Los principales defensores de este proyecto de limpieza étnica son el ministro de Seguridad Nacional, Itmar Ben-Gvir, y el de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien también ostenta algunas prerrogativas de defensa.
Otros miembros del gobierno y del partido de Netanyahu, el Likud, expresan posturas similares, que también abanderan diputados; una parte significativa de la sociedad israelí, según las encuestas, y sectores del ejército vinculados al cada vez más influyente movimiento colono. Gaza permaneció bajo ocupación física directa del ejército y colonos israelíes entre 1967 y 2005, cuando el gobierno decidió retirarse de la Franja de forma unilateral.
Algunos altos funcionarios israelíes también han planteado la posibilidad de que alguna fuerza internacional asuma el control de Gaza al menos durante una fase inicial, pero la opción no ha cogido fuerza. Y otros miembros del gobierno, como el ministro de Defensa, Yoav Gallant, han defendido una fórmula que permita al ejército operar libremente en la Franja sin reasentarla, como en la Cisjordania ocupada, pero sin aclarar quién gestionaría el territorio.
En un intento de forzar la indeterminación de Netanyahu, el ministro Benny Gantz, jefe de un partido rival en el primer ministro y actualmente uno de los líderes más populares entre los israelíes, ha enviado esta semana una carta al dirigente del país exigiendo que deje claras cuestiones clave sobre el futuro de Gaza como la gestión de la frontera de la Franja con Egipto, el gobierno del territorio si se desaloja a Hamás, y el futuro de los desplazados que ha provocado la ofensiva.