BeirutSin demasiadas sorpresas, Israel ha anunciado este viernes que la retirada paulatina de sus tropas del sur del Líbano "seguiría" más allá de los sesenta días previstos en el acuerdo de alto el fuego, que expira este domingo, argumentando que Líbano no ha respetado "totalmente" sus compromisos. Según la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, "como Líbano no ha cumplido plenamente el acuerdo de alto el fuego, el proceso de retirada paulatina continuará de acuerdo con Estados Unidos". Esta señal hace referencia a una de las condiciones del acuerdo, que estipula que el ejército libanés debe desplegarse completamente en el sur del Líbano e imponer la retirada de Hezbollah más allá del río Litani, a unos treinta kilómetros de la frontera con Israel.
El anuncio de Netanyahu se produce en un contexto de tensiones crecientes. La medianoche del jueves, el ejército israelí se infiltró en el pueblo de Bani Hayyan, en la región de Marjayoun, donde hizo una redada con ametralladoras pesadas. Los disparos resonaron alrededor antes de que las tropas israelíes incendiaran varias viviendas. En las horas posteriores, los soldados israelíes continuaron desplegados en los barrios de la localidad fronteriza, destruyendo con bulldozers tanto viviendas como edificios municipales. Este patrón de incursiones y destrucción, lejos de ser algo aislado, evidencia la intención de Israel de consolidar la presencia militar, al menos durante otro mes, en el sur de Líbano.
Cuatro soldadas israelíes por 120 palestinos en el segundo intercambio del alto el fuego en Gaza
El segundo intercambio pactado en el alto el fuego en Gaza se producirá este sábado. Hamás liberará a cuatro mujeres secuestradas el 7 de octubre del 2023 (las primeras que son soldadas) e Israel liberará a 120 prisioneros palestinos.
Hamás ha confirmado esta tarde la identidad de las cuatro rehenes que serán liberadas: Karina Ariev, Daniella Gilboa, Naama Levy y Liri Albag. Las autoridades israelíes aún no han anunciado los nombres de los 120 presos palestinos que volverán a su casa.
En respuesta, Hezbollah ha advertido que, si no se cumple el acuerdo de alto el fuego, reanudará las acciones militares contra Israel a partir del domingo, y se centrará en la región del monte Dov. En un comunicado emitido el jueves, el grupo proiraní fue contundente: "Cualquier violación de la soberanía libanesa debe ser respondida". Subrayaron que no aceptarán incumplimientos ni "pretextos falazes" para justificar la presencia israelí en territorio libanés.
Desde la perspectiva de Israel, la decisión de mantener tropas en el sur del Líbano se basa en la supuesta incapacidad del ejército libanés para garantizar la seguridad en estas regiones. David Mencer, portavoz del gobierno israelí, declaró que "es poco probable que se produzca una retirada completa" y que cualquier acción de Hezbollah será contestada con firmeza. Además, la permanencia de las fuerzas israelíes estará coordinada con la administración del presidente estadounidense Donald Trump, lo que añade aún mayor dimensión geopolítica a un conflicto al que no le falta este elemento.
Más de 150.000 desplazados
Mientras, en Líbano, la extensión del alto el fuego se percibe como una presión adicional sobre el país y los ciudadanos. Más de 150.000 personas. siguen desplazadas, muchas sin ninguna casa a la que volver debido a la destrucción provocada por las incursiones israelíes. Lara Mahmud, vecina de Dahira, es uno de los casos. desde el comienzo de la guerra Ni una sola vez hemos podido volver. esperanza", relata con pena.
Esta situación no sólo agrava la crisis humanitaria, sino que también intensifica las tensiones internas en Líbano. El gobierno libanés, encabezado por el presidente, Joseph Aoun, y el primer ministro, Nawaf Salam, enfrenta el difícil desafío de mantener la estabilidad mientras intenta aplicar el acuerdo de alto el fuego. Desde que se instauró el alto el fuego el 27 de noviembre de 2024, el ejército libanés ha realizado unas 500 operaciones para desmantelar las instalaciones de Hezbollah en el sur del país. Sin embargo, aún no ha logrado completar su despliegue en el sur del río Litani, y la estructura militar de Hezbollah sigue intacta en varias áreas. Este retraso se suma al escepticismo internacional sobre la efectividad de las medidas tomadas hasta ahora.
La presión internacional, encabezada por potencias como Estados Unidos y Francia, apoya una extensión del alto el fuego. Estas naciones consideran que una prórroga podría servir como instrumento para estabilizar la región y abrir espacio para soluciones políticas más duraderas. Sin embargo, sobre el terreno, las tensiones no hacen más que crecer, con Hezbollah intensificando su retórica beligerante y las fuerzas israelíes consolidando su presencia en puntos estratégicos del sur de Líbano.
En este escenario, las autoridades libanesas también se enfrentan a la difícil tarea de equilibrar las demandas internacionales con la necesidad de mantener la cohesión interna. El primer ministro, Nawaf Salam, ha señalado recientemente que cualquier solución debe tener en cuenta la situación de los desplazados. "No podemos avanzar hacia la paz mientras miles de familias estén sin hogar y sin garantías de seguridad", declaró.
La posibilidad de una extensión del alto al fuego parece, en este escenario, una medida pragmática para evitar un colapso total. Sin embargo, esta estabilidad es frágil y está condicionada por las dinámicas internas del Líbano y el equilibrio de poder regional. Alcanzar una paz duradera requerirá no sólo compromisos diplomáticos delicados, sino también la voluntad de las partes para priorizar la seguridad y reconstrucción de un país profundamente herido.