"Israel nunca ha cumplido los altos el fuego en el pasado"

El cumplimiento del texto dependerá del papel de los mediadores internacionales, aseguran los expertos consultados por el ARA

Destrucción en Ciudad de Gaza.
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BarcelonaDespués de quince meses de conflicto, Israel y Hamás han acordado un alto el fuego. Cuando el gabinete del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, apruebe el plan, los combates se detendrán en Gaza y se iniciará un intercambio de decenas de rehenes israelíes por cientos de prisioneros palestinos. El acuerdo, de tres fases, debe permitir la retirada paulatina, pero total, del ejército de Israel de la Franja, que los palestinos puedan volver a su casa y que la ayuda humanitaria vuelva a entrar en el enclave . Y por último, debería acabar con el intercambio de cuerpos y la reconstrucción de Gaza. Todo ello, supervisado por Egipto, Qatar y Estados Unidos.

El esquema, que sobre el papel parece lógico, tiene algunas grietas y plantea algunas dudas: ¿cuáles serán las garantías para que se cumpla el acuerdo? Una vez devueltos los rehenes, ¿Israel podría desplegar de nuevo las tropas? ¿Qué gana Israel renunciando a Gaza? Y también, ¿qué hace que ahora sea un momento más propicio para la aprobación del alto el fuego que cuando se propuso el borrador del acuerdo? Tres expertos responden a las preguntas del ARA.

El borrador de acuerdo que ha terminado aprobándose ha sido el mismo que el presidente Joe Biden puso sobre la mesa hace ocho meses, con revisiones ínfimas. ¿Qué ha despertado el interés de las partes por aprobarlo precisamente ahora? "Durante los últimos catorce meses, lo que sabemos a partir de los informes es que Hamás ha estado constantemente dispuesto a negociar un alto el fuego mientras Israel ha sido la parte poco dispuesta", declara al ARA Yara Hawari, directora adjunta del think tank palestino Al Shabaka. Esta vez, sin embargo, la administración entrante de Donald Trump ha presionado para lograr un acuerdo antes de la inauguración del 20 de enero, dice la experta.

Trump ha querido cumplir con la promesa de que no se involucraría en ninguna guerra una vez llegase a la Casa Blanca, y así presentarse al mundo como "un presidente que resuelve conflictos", argumenta el analista chilenopalestino Xavier Abu Eid . Si no se ha aprobado antes el acuerdo, añade, ha sido por una "decisión política de Joe Biden" que, hasta ahora, no ha presionado lo suficiente al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu para que aceptara el alto el fuego.

Garantías

Para la parte israelí, el intercambio de rehenes y prisioneros palestinos es el arrecife clave del acuerdo. Por eso, explica Hawari, Israel "ha estado encarcelando a miles de palestinos de Gaza y Cisjordania durante el último año" con el objetivo de utilizarlos de monedas de cambio durante las negociaciones.

Ahora bien, Hamás teme que, una vez que todos los rehenes hayan vuelto a casa –hecho que debería producirse una vez finalizada la segunda fase del acuerdo–, Israel pueda volver a desplegar las tropas y ocupar de nuevo el enclave palestino. Éste ha sido, de hecho, una de las cuestiones que han retrasado el visto bueno de los negociadores de Hamás en el borrador del acuerdo, ya que exigían a Tel Aviv que les mostraran el mapa de dónde quedarían las tropas israelíes después de la retirada. "Ya sabemos cómo se acaban a menudo este tipo de acuerdos por fases", afirma Oscar Monterde, profesor de la Universidad de Barcelona, ​​quien reconoce que el fin de los "bombardeos masivos y de los ataques contra las infraestructuras civiles es una brizna de esperanza para la población civil".

Todos los investigadores recuerdan que "Israel nunca ha cumplido los altos el fuego en el pasado". Hawari pone de ejemplo el Líbano, donde Israel sigue bombardeando, y viola así el alto el fuego acordado en noviembre. Por eso será clave el rol que jugarán los mediadores: Qatar, Egipto y Estados Unidos, encargados de velar por el cumplimiento del pacto. En este sentido, Monterde apunta que "el principal elemento de presión en Israel" es "el embargo de armas". Pero eso es difícil que ocurra con Trump en la Casa Blanca.

Cisjordania, ¿la nueva Gaza?

A escala interna Netanyahu recibió presiones de la extrema derecha para que no se aprobara el acuerdo de alto el fuego. En esta línea, Abu Eid remarca que el dirigente israelí prefiere tener oposición interna a ponerse a un aliado internacional de la talla de Trump en contra, y remarca que "hasta el 7 de octubre, Netanyahu daba muy poca importancia a Gaza". Un punto en el que también coinciden los analistas es en la especulación de que el precio de rechazar al control de Gaza (el cumplimiento del acuerdo implica renunciar a cualquier proyecto de invasión) pueda ser iniciar una campaña de anexiones a Cisjordania, donde el gobierno israelí ha promovido una política de asentamientos ilegales en los últimos años.

"Trump, a cambio de que no sigan con la campaña de Gaza, les puede dar más luz verde con la colonización de Cisjordania e incluso mantener más zonas de seguridad en Gaza", asegura Monterde, y añade: "Las prácticas que hemos visto en Gaza se están volviendo a repetir en Cisjordania".

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