Jabalia: ¿cómo es el campo de refugiados de Gaza que ha sufrido dos ataques israelíes en dos días?
Uno de los asentamientos más importantes de Palestina, y una de las zonas más densamente pobladas del mundo, fue la cuna de la Primera Intifada
BarcelonaEl campo de refugiados de Jabalia, en el norte de la franja de Gaza, muy cerca de la valla que separa el territorio palestino de Israel, ha sufrido dos ataques de la aviación israelí en las últimas 48 horas. El primero tuvo lugar el martes al mediodía, con seis bombas de profundidad de una tonelada cada una: dejó un gran cráter en el bloque 6, en el centro del campo, una zona de viviendas que quedaron arrasadas. El balance provisional es de 50 muertos y 150 heridos, según el ministerio de Salud, gestionado por Hamás. Este miércoles ha habido otro bombardeo en el campo, y por ahora no existe una estimación de víctimas. Este segundo ataque ha tenido lugar a entre 1 y 1,5 kilómetros del hospital Indonesian, que ha atendido a muchos heridos.
Antes del 7 de octubre vivían en el campo más de 100.000 personas, en un área de menos de 1,4 kilómetros cuadrados: es uno de los núcleos de refugiados más importantes de Palestina y uno de los lugares más densamente poblados del mundo. Es imposible saber cuánta gente seguía viviendo en el campo en el momento del ataque, pero muchas familias habían rechazado la orden de evacuación del norte de la Franja dictada por el ejército israelí. Temían no poder volver nunca a casa o sencillamente no se marcharon porque no tenían ningún sitio donde ir. Muchas personas se habían desplazado al sur de la Franja, a casa de familiares, al inicio de la guerra, pero habían decidido volver porque no había ningún lugar seguro al abrigo de los bombardeos.
El campo es un gran barrio de edificios hacinados unos junto a otros, con callejuelas muy estrechas, donde las casas han crecido en altura con los años para acoger a los hijos, nietos y bisnietos de los refugiados de 1948: el campo se construyó entonces para acoger a 35.000 refugiados palestinos desplazados del sur de la Palestina histórica, cuando se creó el Estado de Israel. En su interior se encuentran una cuarentena de escuelas de la ONU, un ambulatorio y un centro de promoción de la mujer.
Antes de la guerra las calles estaban llenas de gente, sobre todo de criaturas que cuando no estaban en la escuela buscaban un espacio abierto fuera de las viviendas, muy pequeñas: el único momento de recreo era ir a la playa, a pocos kilómetros de Jabalia. Habitualmente la gente no salía del campo si no era para ir al médico o a trabajar, y hacía la vida en estas calles, comprando en las pequeñas tiendas de víveres.
El paro era –y ahora todavía lo será mucho más– un problema masivo y crónico desde que Israel impuso el bloqueo a la Franja en el 2006. Una gran parte de la población dependía de la ayuda alimentaria y financiera de la ONU. El agua otro de los grandes problemas a los que se enfrenta, porque el 90% del suministro no era apto para el consumo debido a la salinización y la contaminación por falta de infraestructuras de saneamiento y de gestión de los residuos. Por su proximidad al paso fronterizo de Eretz, muchos hombres del campo trabajaban en Israel, aunque el número de permisos de trabajo también había caído en picado desde la Segunda Intifada, en 2001. Otros sobreviven en pequeños talleres de reparación de coches o motocicletas, o de recuperación de chatarra.
La revuelta de las piedras de 1987
El campo es muy conocido por los palestinos, no solo por sus dimensiones y condiciones de vida, sino también por su historia. La Primera Intifada, el levantamiento popular contra la ocupación israelí, estalló después de que el 8 de diciembre de 1987 un camión militar israelí embistiera a un vehículo que transportaba a trabajadores palestinos. Murieron cuatro personas.
No es la primera vez que el campo es objetivo de ataques israelíes: en el 2002 un misil lanzado desde un helicóptero destruyó un taller metalúrgico. Posteriormente, hubo varias incursiones militares (en 2004, 24 menores murieron por disparos de soldados israelíes en el interior del campo) hasta que las tropas de las IDF abandonaron la Franja en 2005.
Después vinieron las cuatro guerras en Gaza. El campo también fue bombardeado, incluida la escuela Al Fakhura: murieron al menos 30 personas. El gobierno israelí dijo que habían respondido a tiros surgidos desde el interior, pero una investigación de la ONU desmintió que hubiera combatientes ni ningún tipo de arsenal escondido.
En la guerra de 2014 el ejército israelí atacó con artillería otra escuela de Naciones Unidas dentro del campamento. En esa ocasión murieron 15 personas que se habían refugiado allí. Un portavoz del organismo internacional dijo que habían avisado en 17 ocasiones a las autoridades israelíes de la localización de la escuela y de que dentro había civiles. La declaración de la ONU fue contundente: “Ayer fueron asesinadas criaturas mientras dormían con sus padres en el suelo de un aula en un refugio de Naciones Unidas en Gaza: esto es un motivo de vergüenza universal”. Ahora, nueve años después de aquellos hechos, Jabalia se ha vuelto a convertir en objetivo preferente del ejército hebreo.