¿Cuáles son las milicias que Irán arma y financia por su guerra con Israel?

Teherán da armas, entrenamiento y dinero a movimiento islámicos de al menos seis países árabes

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Rebeldes houthis protestan contra la nueva misión militar de la OTAN.

BeirutIrán ha salido de las sombras con el primer ataque directo contra Israel y, aunque todavía no se saben cuáles serán las consecuencias en Oriente Próximo, pone al descubierto su guerra proxy contra su enemigo jurado regional. Durante décadas la política exterior de la república islámica ha sido tejer una red amplia de actores armados regionales para golpear los intereses de Israel y su aliado en Estados Unidos, con el apoyo de superpotencias internacionales como Rusia y China, con las que comparte la animosidad hacia Estados Unidos.

Teherán tiene aliados en más de una docena de milicias importantes, que desafían a Israel para preservar los intereses de Irán. Así, la Guardia Revolucionaria de Irán y la fuerza de élite Qods han proporcionado armas, entrenamiento y apoyo financiero a movimientos islámicos en al menos seis países árabes como Bahréin, Irak, Líbano, Palestina, Siria y Yemen. Desde la operación de Hamás del 7 de octubre, la relación de larga duración y de mutuo interés entre Irán y los movimientos de resistencia islámica han permitido a Irán ganar apoyo regional en detrimento de Israel.

El movimiento chií libanés Hezbollah fue el primer representante de Irán en Oriente Próximo, fundado a principios de los años 1980, con apoyo militar y financiero de la Guardia Revolucionaria. En 2020 Hezbollah se había convertido en uno de los actores no estatales más fuertemente armado del mundo, con al menos 130.000 cohetes y misiles, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).

Según el departamento del Tesoro de EEUU, Teherán proporciona a Hezbolá más de 700 millones de dólares al año. El movimiento chií libanés lidera los lanzamientos de cohetes desde el sur del Líbano contra el territorio israelí, lo que ha provocado –además de la destrucción de instalaciones militares y decenas de bajas– que más de 70.000 colonos de los asentamientos del norte de 'Israel hayan tenido que evacuar a las poblaciones.

Irán, a través de Hezbollah, ha invertido casi dos décadas, financiando y armando a Hamás y la Yihad Islámica, para convertir la Franja de Gaza en el frente sur del Eje de Resistencia contra Israel.

En Irak, la Guardia Revolucionaria ha formado, entrenado y armado Kataeb Hezbollah (las brigadas de Hezbollah), y la organización Badr, entre otros grupos chiís, que en 2014 se unieron a las Fuerzas de Movilización Popular ( FMP) para luchar contra el Estado Islámico (ISIS) y juntos representan la Resistencia Islámica en Irak que ha estado lanzando ataques contra bases estadounidenses e intereses israelíes en Irak desde que comenzó la guerra en Gaza. De hecho, tras unas negociaciones en las que participó el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, la Resistencia Islámica en Irak cesó sus ataques contra posiciones estadounidenses a finales de enero, concentrándose en objetivos israelíes, lo que mostró el distanciamiento de la administración Biden con Netanyahu. En marzo, la Resistencia Islámica reivindicó 16 ataques contra intereses israelíes.

Según el analista David Daoud, del Rafic Hariri Center, “la multiplicación de sus ataques contra objetivos israelíes puede que llevara a Israel a atacar el 1 de abril al consulado iraní de Damasco, ya que el gobierno israelí se sentía cada vez más aislado internacionalmente por su gestión de la guerra en Gaza”.

Mercenarios en Siria y houthis en el Mar Rojo

En Siria, un país fuera de control desde que comenzó la guerra civil en marzo del 2012, las fuerzas de élite Qods y la Guardia Revolucionaria han traído allí una amalgama de grupos mercenarios, incluidos refugiados paquistanís y afganos chiíes en Irán, para apoyar al presidente Bashar el Asad. Y de paso prepararlos como tropas de retaguardia para un posible nuevo frente contra Israel en la frontera sirio-israelí.

El apoyo de Teherán ha permitido al movimiento rebelde houthi “Ansar Allah” de Yemen disparar misiles hacia Israel y atacar barcos comerciales con supuestos vínculos israelíes en el mar Rojo. Irán teme perder su hegemonía en el estrecho de Ormuz ante la alienación de los países árabes del Golfo con Israel, tras la firma de los Acuerdos de Abraham, impulsados ​​por Donald Trump en el 2020.

Mientras los misiles de los houthis amenazan el transporte marítimo mundial, los barcos chinos han transitado las aguas del mar Rojo gracias al compromiso de Teherán con Pekín. Según la agencia Reuters, a finales de enero el gigante asiático se acercó a Irán, el patrocinador y socio más cercano de los houthis, para pedirle que controlaran al grupo o arriesgarían las relaciones económicas de Teherán con China. Poco después, los houthis anunciaron que ofrecerían a los barcos chinos y rusos un paso seguro siempre que no tuvieran vínculos con Israel.

Paradójicamente, Israel que se ha ido alejando del presidente Volodímir Zelenski en la guerra en Ucrania, por no perder su sintonía estratégica con Rusia, ha sentido este 13 de abril en sus propias carnes las tácticas y armas iraníes – misiles balísticos y drones suicidas– que Teherán ofrece a Moscú para atacar el territorio ucraniano.

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