Guerra Israel-Palestina

Teorías conspirativas y la implicación de Irán en la guerra

Los israelíes vincularon rápidamente el ataque de Hamás con Teherán sin aportar ninguna prueba

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El líder supremo de Irán, Ali Jamenei.

BarcelonaAlgunos medios hebreos han comentado que Estados Unidos ha dicho a Irán que debe mantenerse alejado del conflicto entre Israel y Hamás, y que Teherán ha contestado que será difícil hacerlo si Israel sigue bombardeando masivamente a Gaza y su ejército entra en la Franja por tierra.

La enemistad entre Irán e Israel viene de lejos. Durante la época preislamista, que acabó con la revolución iraní de 1979, Israel era el principal aliado del sha. Las relaciones económicas iban muy bien y, lo que es más importante, las relaciones militares y las agencias de inteligencia eran muy estrechas, algo que los islamistas no han olvidado porque la sufrieron en su propia piel.

Lógicamente, esto se acabó con la revolución de Jomeini. Desde entonces, Israel financia a los grupos de la oposición al régimen islámico, incluso a los considerados terroristas a escala internacional, y el Mosad periódicamente opera dentro de Irán para desestabilizar el país con la ayuda de los grupos antiislamistas. Teherán, por su parte, da apoyo militar y económico a los grupos antiisraelíes como Hezbolá y Hamás.

¿Ha participado Irán en el ataque de Hamás del 7 de octubre? Los israelíes vincularon rápidamente el ataque con Teherán, y dijeron que la forma de operar de los milicianos de Hamás tenía las características y el sello de los iraníes, pero hasta ahora no han aportado pruebas, ni pequeñas ni grandes, de esa posible implicación.

Algunos medios occidentales han dicho que, la semana antes del ataque, los servicios de inteligencia iraníes celebraron una reunión con Hamás en Beirut, donde dieron luz eerde al ataque. Sin embargo, en este caso tampoco se aportaron pruebas.

Naturalmente, Israel tiene un gran interés en vincular a Teherán con Hamás, y no cabe duda de que los iraníes aportan dinero y, si pueden, armas a la organización palestina. Sin embargo, hasta ahora nadie ha presentado pruebas específicas respecto a la hipotética vinculación iraní. Y no puede dudarse de que Israel lo hubiera publicado de inmediato si tuviera las pruebas.

Teherán dijo oficialmente que no estaba al corriente de la operación. Parece algo creíble, porque los servicios de inteligencia iraníes están muy infiltrados en los servicios de inteligencia israelíes y occidentales, y una operación como esta ha requerido una prolongada preparación. Sería muy raro que los occidentales no hubieran sabido nada de lo que se cocinó durante muchos meses si hubiera una implicación iraní.

Teorías conspirativas

En cierto modo, esto está relacionado con la versión que circula ampliamente por las redes sociales según la cual lo ocurrido fue, en realidad, una operación de los servicios de inteligencia israelíes. Las teorías de la conspiración nunca faltan. Es evidente, y no es algo nuevo, que los servicios de inteligencia israelíes están muy bien infiltrados en los grupos palestinos y, por tanto, difícilmente podían ignorar lo que se estaba preparando.

Pero esta versión cuesta mucho creer por varios motivos, como la gran cantidad de muertes israelíes que hubo. Quizás la única manera de justificar esta hipótesis conspirativa sería considerar que la operación se escapó de manos de los servicios de inteligencia israelíes y que a continuación Israel expulse a todos los palestinos y vuelva a reocupar la Franja.

Otra cuestión, relacionada con Irán, es lo que está pasando en la frontera norte con el Líbano. De momento, un incidente sigue a otro y ya ha habido varios muertos tanto entre los milicianos de Hezbolá como en Israel. ¿Puede conducir esta tensión a un enfrentamiento más violento entre la milicia libanesa e Israel?

Un analista israelí decía el lunes que Teherán no quiere perder la carta de Hezbolá o, mejor dicho, no quiere gastarla, porque es una carta muy valiosa, una amenaza permanente que preocupa a Israel y que siempre está preparada para utilizarse. Es un buen razonamiento, y conduce a pensar que Teherán lo pensará dos veces antes de perder esta carta.

Naturalmente, la dinámica de los acontecimientos también puede incidir en la evolución del conflicto, e incluso ser decisiva, pero tanto Hezbolá como Israel saben perfectamente hasta dónde pueden llegar, hasta dónde pueden tensar la cuerda, especialmente ahora que Estados Unidos ha enviado dos portaaviones al Mediterráneo oriental.

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