Inmigración

La UE 'compra' el Líbano para frenar la inmigración hacia el continente

Von der Leyen anuncia una ayuda de 1.000 millones de euros a Beirut para que proteja las fronteras de Europa

Ursula von der Leyen, junto a los primeros ministros de Chipre y Líbano, este jueves en Beirut
02/05/2024
3 min

BeirutLíbano recibirá ayudas económicas por valor de cerca de 1.000 millones de euros de la Unión Europea destinadas a contribuir en la lucha contra la inmigración ilegal en Europa. En una visita esta semana a Beirut de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acompañada por el presidente de Chipre, Nikos Christodoulides, donde se reunieron con el primer ministro interino, Najib Mikati, la líder de la UE anunció la millonaria ayuda con la que espera incentivar a las autoridades libanesas a proteger las fronteras de la Unión.

"Puedo anunciar un paquete financiero de unos 1.500 millones de dólares que estaría disponible desde este año y hasta el 2027", dijo Von der Leyen tras su reunión en el palacio del Gran Serrall. "Queremos contribuir a la estabilidad socioeconómica de Líbano", añadió.

Chipre, el país miembro más oriental de la UE, y que está a menos de 200 kilómetros de Líbano y Siria, quiere frenar las salidas de barcos de inmigrantes desde Líbano hacia sus costas. Ya hace años que Nicosia, que tiene opciones muy limitadas para hacer frente de forma independiente a los flujos migratorios que van hacia Europa, tiene en el punto de mira a Líbano para poder abordar el problema desde su origen.

La portavoz de la Comisión de la UE afirmó que la ayuda de Bruselas llegará en forma de subvenciones y que 736 millones de euros se destinarán a apoyar al Líbano "en respuesta a la crisis siria".

El objetivo de la ayuda será apoyar al ejército libanés y fortalecer su capacidad "proporcionando equipamiento y formación para la gestión de fronteras". Las mafias se aprovechan de la situación de vulnerabilidad y desesperanza de sirios, libaneses y palestinos para enviarlos en barcas hacia las costas de Chipre, donde han llegado más de 3.000 migrantes de forma ilegal en lo que va de año.

Una crisis profunda

La costa de Trípoli, en el norte de Líbano, se ha convertido en la ruta de salida de miles de refugiados que sueñan con encontrar un futuro mejor en Europa. La situación en Líbano, sumido en una de las crisis económicas más pronunciadas del mundo y en medio de una crisis de poder, sin presidente ni gobierno, han ayudado a que aumente el tráfico ilegal de personas. Con unas fuerzas de seguridad bajo mínimos –cobran 100 dólares al mes–, es más fácil hacer la vista gorda o cobrar sobornos para permitir la salida de las barcas con migrantes desde las playas libanesas.

Con unos dos millones de refugiados sirios –el mayor número de refugiados per cápita del mundo–, Líbano no puede afrontar la situación. Por eso, Von der Leyen recordó al primer ministro Mikati que la UE ha apoyado al Líbano con 2.600 millones de euros desde que comenzó la crisis siria para que los acogieran.

Sin embargo, el gobierno libanés no está dispuesto a seguir manteniendo el peso de una población de dos millones de refugiados en sus fronteras y busca medidas legales para que sean repatriados a Siria. Líbano "ha aguantado la carga más pesada desde 2011" en la región para acoger a los sirios, que representan "casi un tercio de la población", indicó Mikati a la vez que advertía a la presidenta de la Comisión Europea que, a menos que se gestione la cuestión, "podría tener el efecto de una bola de nieve que se extendería a Europa", transformando la situación en una "crisis regional e internacional".

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