Oriente Próximo

Los palestinos amenazados de desahucio en el barrio de Sheikh Jarrah: "Los sionistas quieren el barrio para los judíos"

El conflicto por la propiedad de 36 viviendas en Jerusalén Este es el origen de la escalada actual

Pol Ripoll
4 min
Una vecina palestina de Sheick Harrah y un coló  discuten en una protesta contra el desahucio.

JerusalénEstos días se está viendo la peor espiral de violencia entre israelíes y palestinos desde 2014, una situación que de momento ya ha costado más de 139 muertos en la franja de Gaza, 8 en Israel y 10 en Cisjordania ocupada. Una tensión que se ha ido cociendo a fuego lento desde el inicio del Ramadán hace un mes, cuando las restricciones amparadas por la pandemia desembocaron a finales de abril en enfrentamientos con la policía, pero sobre todo intensificada los últimos días por las manifestaciones violentas de grupos sionistas radicales. En el origen de esta última crisis -ahora tapada por el ruido de los bombardeos- está el conflicto por el desahucio de 36 familias palestinas en el barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este.

Refugiados dos veces

Una de estas familias es la de Muhammad Sabagh, que ha vivido en este edificio desde 1956, cuando la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos construyó 28 viviendas para refugiados de la guerra araboisraeliana de 1948. "Entonces Jerusalén Este pertenecía a Jordania, que desgraciadamente no nos emitió los papeles de propiedad y después nos abandonó cuando Israel ocupó la zona en 1967. Poco después empezaron los problemas para las familias palestinas del barrio", explica Muhammad, de 76 años, originario de Jaffa y que vive en el edificio con unos 40 familiares más. "Los últimos dos años han sido muy difíciles: en enero de 2019 recibimos la orden de desalojo, pero gracias a Dios pudimos pararla hasta diciembre del año pasado, pero desde entonces hemos estado sufriendo cada día por si sería el último que viviríamos en esta casa, si nos convertiríamos en refugiados otra vez", concluye Muhammad. 

Un manifestante palestino detenido por la policía israelí en una protesta en Sheikh Jarrah

De momento, Muhammad ha ganado unos días, puesto que el Tribunal Supremo decidió a principios de semana, y en medio de las jornadas de violencia desmesurada que se vivía en las calles de Jerusalén, aplazar la vista que estaba programada para lunes para decidir el futuro de cuatro de las 36 familias amenazadas. La vista se reprogramó para treinta días más tarde.

"Mañana, dentro de una semana, o dentro de un mes, da igual. Sé que al final conseguirán expulsarnos. Es lo que intentan desde hace años. Quieren el barrio para los judíos", afirma abatido Abd al-Fattah Iskafi, de 71 años y que vive en el barrio  desde que tenía 6, cuando sus padres, refugiados del 48 del barrio de Baq'a, del oeste de Jerusalén, se instalaron. Igual que Muhammad, Abd al-Fattah explica que los problemas judiciales empezaron a principios de los años 70: "Nos empezaron a decir que esta área del barrio pertenecía a los judíos, así que contratamos un abogado... judío, puesto que en aquella época no había muchos abogados árabes aquí, y firmó un papel sin nuestro consentimiento en que aceptábamos quedarnos en el piso viviendo pero sin ser los propietarios", asegura. 

Discriminación legal

Para entender este conflicto se tiene que saber que según las leyes israelíes solo los israelíes judíos pueden reclamar las propiedades que fueran suyas antes de la guerra del 48. Así pues, según ha dictaminado el Tribunal Supremo Israelí, el área en cuestión fue comprada por comunidades judías a sus propietarios árabes en 1875, todavía bajo dominio otomano. Entonces se fundó una pequeña comunidad judía que conviviría con la árabe hasta la guerra del 48, en que la zona quedó en manos de Jordania. El 67, con la victoria de Israel en la tercera guerra araboisraeliana y la anexión del este de Jerusalén, las comunidades judías reclaman su derecho de propiedad amparados por las leyes israelíes que les benefician, incluyendo esta zona del barrio de Sheikh Jarrah, donde se habían instalado familias palestinas refugiadas, como la de Muhammad o Adb al-Fattah. 

A partir de aquel momento empieza una batalla legal y un infierno que dura años, especialmente desde que la zona fue adquirida en 2003 por la ONG sionista pro asentamientos Nahalat Shimon, que pertenece a la empresa americana Nahalat Shimon International y de la que muy poca cosa se sabe. Desde entonces ya ha conseguido desalojar a varias familias y espera hacerlo con al menos 300 palestinos más, puesto que tiene intención de construir viviendas para familias judías. "Cuando en 2008 vimos que expulsaban nuestra vecina, Fauzia, nos dimos cuenta que la cosa era real, y que tarde o temprano nos tocaría a nosotros. Esto crea mucha angustia, te destroza por dentro", explica Abd al-Fattah. 

Desde el lado sionista y gubernamental se ha querido presentar el caso como un simple litigio sobre propiedad de bienes, mientras que para los activistas y organizaciones por los derechos humanos como Human Rights Watch se trata de un ejemplo evidente de discriminación para expulsar a familias árabes y judaizar Jerusalén Este basándose en la evidencia de los resultados legales opuestos según si quien reclama propiedades anteriores a 1948 es judío o árabe. En opinión de Muhammad al-Kurd, un joven de 22 años que pertenece una de las 36 familias palestinas en peligro de ser desahuciadas, en el portal Middle East Eye, "esto es la continuación del proyecto sionista en palestina iniciado el 48. La política de expansión colonial ha sustituido la artillería por un sistema judicial inherentemente colonial y asimétrico para favorecer a los israelíes judíos".

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