PRÒXIM ORIENT

Responsabilidad española en la masacre de Yemen

Madrid autoriza ventas de armas de 430 millones en Arabia Saudí

Isa Ferrero
4 min
Soldados en uno de los frentes de la guerra de Yemen, país que pronto puede sufrir la peor hambruna del mundo en décadas.

Activista y autora de ‘Negociar con asesinos. Guerra y crisis en Yemen’Las Naciones Unidas hace meses que alertan de que hay una amenaza mortal de hambruna que afecta a millones de personas en Yemen. El 20 de noviembre el secretario general de la ONU, António Guterres, advertía de que “Yemen está en inminente peligro de vivir la peor hambruna que el mundo ha visto en décadas”.

Estas informaciones no generan muchos titulares, a pesar de que España, igual que las potencias europeas y los Estados Unidos, apoyó la intervención militar de la coalición liderada por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que se ha caracterizado por los bombardeos indiscriminados contra la población civil, para imponer un bloqueo por tierra, mar y aire en el país más pobre de la región y para destrozar a un estado que “casi ha desaparecido”, en palabras de la investigadora Leyla Hamad Zahonero.

Los gobiernos en España han apoyado esta agresión desde el principio. Felipe VI avaló enseguida la intervención militar y, meses después, el gobierno de Rajoy vendió armas a los saudíes. Gobierno y monarquía han trabajado a favor de los grandes intereses de las empresas españolas, como lo demuestra el megacontrato de más de 6.500 millones de euros del AVE en la Meca.

El primer factor que explica el deterioro de la crisis humanitaria es la nueva escalada en los enfrentamientos. Desde el 1 de enero hasta el 12 de diciembre de 2020 han muerto más de 18.800 personas en combate. Según la ONU, actualmente en Yemen hay 48 frentes identificables, en comparación con los 33 de principios de año. La diplomacia de las Naciones Unidas ha vuelto a fracasar incluso en la ciudad de Hodeidah, donde se vive otra escalada, a pesar del acuerdo de finales del 2018.

Además, la población ha sufrido fuertes inundaciones que han provocado más de 300.000 desplazados en solo unos meses, y también una fuerte devaluación de la moneda (más del 70% en estos años de guerra), la caída de las remesas y la llegada del coronavirus en un país en que el sistema sanitario está prácticamente colapsado, como lo demuestra su incapacidad para hacer frente a epidemias de cólera. Eva Erill, de Solidarios Sin Fronteras, que hace años que lucha contra la tragedia en Yemen, recuerda que “no es solo el cólera y el covid-19, también son el dengue, la difteria y la malaria”.

Actualmente, más de 24 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. La situación es crítica, ya no solo por el bloqueo, sino también porque los houthis han jugado con la población y han entorpecido el envío de ayuda humanitaria. Ante este deterioro de la crisis humanitaria, la respuesta de Occidente no ha podido ser peor: se han ignorado los llamamientos de la ONU desde este verano y no se están enviando los fondos humanitarios necesarios, lo que agrava todavía más el desastre.

Los datos hablan por sí solos: a pocos días para que se acabara el año solo se había recaudado la mitad de los fondos requeridos a pesar de que el mismo plan ya había sido recortado este año un 20%. Actualmente quedan para enviar 1.700 millones de dólares, una cifra inferior a la del famoso contrato de las cinco corbetas que España está construyendo para Arabia Saudí. Se están vendiendo barcos de guerra al mismo país que ha hecho un bloqueo marítimo sobre Yemen y que ha utilizado el hambre como arma de guerra.

En estos años de conflicto, mientras el gobierno español ha autorizado la venta de armamento por valor de más de 1.200 millones de euros a Arabia Saudí y los Emiratos, la ayuda humanitaria ha sido de poco más de 3 millones de euros. El nuevo gobierno no ha solucionado este déficit y la ayuda enviada en 2020 no llega de momento a los 400.000 euros, una cifra que contrasta con los 430 millones en armamento que el gobierno de Pedro Sánchez autorizó en 2019 en Riad y Abu Dhabi. Sobre este punto, el 21 de diciembre el PSOE volvió a girar la espalda a Yemen presentando una transaccional para no comprometerse con una proposición no de ley presentada por Unidas Podemos con el apoyo de ERC y de EH Bildu. El texto instaba al gobierno a enviar ayuda humanitaria de carácter inmediato para atender “las peticiones expresadas por las organizaciones en defensa de los derechos humanos” que hace años que piden que se deje de vender armas a los países que asesinan a civiles en Yemen.

“Se les está matando de hambre”

Mark Lowcock, responsable de emergencias humanitarias de la ONU, lo ha resumido con claridad: “La población yemení no está pasando hambre, se les está matando de hambre”. Seguir como hasta ahora quiere decir seguir sin hacer esfuerzos diplomáticos para que se llegue a la paz, y seguir vendiendo armas a países que llevan casi seis años bombardeando civiles indiscriminadamente. Existe una responsabilidad moral por haber priorizado los intereses económicos en la que, según los organismos internacionales, ya hace años que es la peor catástrofe humanitaria del mundo. El exilio de Juan Carlos en los Emiratos Árabes ha vuelto a poner de manifiesto estas relaciones, pero no ha servido para replantear las prioridades de la política exterior española en una guerra en la cual pueden haber muerto cerca de 300.000 personas.

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