Guerra desatada en Ucrania: Rusia ataca por tierra, mar y aire

Ucrania lucha contra las tropas rusas a lo largo de toda la frontera y alerta de combates "violentos" en varias regiones del país

BarcelonaLa ofensiva rusa a gran escala contra Ucrania está desatada. Las fuerzas rusas atacan por tierra, mar y aire y en todos los frentes: desde la frontera rusa, al este; desde el norte con las tropas rusas estacionadas desde hace semanas en la vecina Bielorrusia por unas maniobras que ya se tendrían que haber acabado, y desde el sur, en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014 y donde el Kremlin siempre ha tenido presencia militar naval, que estos días se había reforzado con el despliegue de barcos de guerra en el mar Negro. La peor parte se la ha llevado la Ucrania Oriental, la zona mayoritariamente rusófona, que se ha levantado para frenar el embate de los tanques rusos. También ha habido bombardeos de infraestructuras militares y civiles en la capital, Kiev, y en otras ciudades del lado oeste del río Dniéper.

Ucrania ha contado al menos 66 muertos durante las primeras horas de invasión de Rusia. Como mínimo 40 militares ucranianos, según la presidencia del país, han perdido la vida en bombardeos y ataques de misiles rusos. Al menos cuatro civiles han muerto en un ataque de las milicias prorrusas contra un hospital de la región de Donetsk y al menos 22 personas más también han perdido la vida en un ataque aéreo ruso contra una unidad militar de la región de Odesa.

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Los constantes ciberataques a las instituciones y los medios locales hacen difícil seguir con detalle todos los movimientos militares. Según la policía ucraniana, Rusia ha perpetrado 203 ataques durante la mañana de este jueves, y el ministerio de Defensa de Rusia ha afirmado que ha destruido 74 instalaciones de infraestructuras militares terrestres en Ucrania, incluidos 11 aeródromos, según ha informado la agencia de noticias RIA.

Las autoridades ucranianas aseguran que su ejército está luchando contra las tropas rusas a lo largo de prácticamente toda la frontera, y que combates "violentos" en las regiones de Járkov, Odesa, Sume y Jersón, además del aeropuerto militar de Antónov, situado en Hostomel, uno de los suburbios al noroeste de Kiev. Un asesor de la oficina presidencial ha alertado que temen que las fuerzas rusas puedan penetrar por los aires en el distrito gubernamental de Kiev. Las autoridades de Kiev han declarado el toque de queda nocturno en la ciudad.

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La ofensiva rusa sobre Ucrania

Amenaza en Chernóbil

Unas horas antes del ataque, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, un ex actor de sátira política que se ha convertido en comandante jefe en una guerra contra la segunda potencia militar del mundo, intentaba a la desesperada dirigirse a la opinión pública rusa. En un discurso televisado, se pasó al ruso, su lengua materna para pedir la paz: "¿Queréis una guerra? La respuesta depende de vosotros, ciudadanos de la Federación Rusa". A primera hora de la mañana, ha informado de ataques rusos contra infraestructuras de las fuerzas armadas del país y ha declarado la ley marcial en todo el territorio. También ha confirmado que el país ha roto las relaciones diplomáticas con Rusia. Tanto los espacios aéreos de Ucrania como los de Rusia están cerrados.

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Esta tarde, Zelenski ha advertido en su cuenta de Twitter que "las fuerzas de ocupación rusas intentan apoderarse de la central nuclear de Chernóbil" y ha añadido: "Nuestros defensores dan la vida para que la tragedia de 1986 no se repita". "Esta es una declaración de guerra contra todo Europa", ha concluido. También ha hecho un llamamiento a los mandatarios europeos, pidiendo ayuda inmediata. "Si no nos ayudáis hoy, mañana puede ser demasiado tarde".

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El ministro de Defensa ucraniano ha llamado a todos los ciudadanos que puedan a empuñar las armas a defenderse. En un discurso televisado dirigido a los ciudadanos de Ucrania y de todo el mundo, el presidente ucraniano también se ha comprometido a entregar armas a "cualquier persona que quiera una" para intentar parar la invasión rusa. La compañía estatal de trenes ucraniana, JSC Ukrzaliznytsia, ha anunciado que está dispuesta a llevar a cabo la evacuación de los residentes de las ciudades próximas a la línea del frente del Donbás: "Por motivos de seguridad, la hora exacta de salida y destino no se divulga". A la vez, miles de personas han abandonado Kiev, provocando colas en las carreteras en dirección al oeste del país, y los estados fronterizos ven cómo van llegando ucranianos que huyen del conflicto. Es el caso de Eslovaquia, Hungría y Moldavia, que reportan la llegada de una gran cantidad de desplazados.

Los países bálticos (Letonia, Lituania y Estonia) han apelado este jueves al artículo 4 de la OTAN, que llama a consultas los aliados cuando alguno de los integrantes ve amenazada la integridad territorial, la seguridad o la independencia política. Eslovaquia también pedirá a la OTAN activar el artículo 4.

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Invasión anunciada

Rusia ha empezado el ataque después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, haya anunciado en un discurso televisivo el inicio de una operación militar al este del país, en el Donbás, para proteger a los habitantes "de los abusos y del genocidio" del gobierno ucraniano. "La ocupación de territorios ucranianos no entra en nuestros planes", ha querido matizar el líder ruso, que también ha enviado un aviso a Occidente: "La Rusia moderna es una de las potencias nucleares ahora más fuertes". El Kremlin ha informado al mediodía de que su "operación especial" en Ucrania, como lo ha calificado Putin en el vídeo, durará "tanto tiempo como sea necesario". En un comunicado, Moscú ha repetido las palabras del presidente, en el sentido que pretende "desmilitarizar" y "desnazificar" Ucrania. No hablan de una ocupación del país. El mismo comunicado asegura que Putin ha dejado claro que su objetivo es que Ucrania tenga un estatus neutral y se niegue a desplegar armas ofensivas.

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La operación de Putin se ha cocinado a fuego lento. Primero amontonando decenas de miles de soldados en las fronteras norte, sur, y este de Ucrania, desde noviembre, con la excusa que solo hacían ejercicios militares. Después con la formalización del reconocimiento, el lunes, de la independencia de las autoproclamadas repúblicas de la región ucraniana del Donbás, acompañado de un discurso en el que Putin negaba la existencia de Ucrania como nación y de los ucranianos como pueblo y aseguraba que los rusófonos estaban bajo amenaza. Solo faltaba el siguiente paso: pedir la autorización para el envío de tropas al extranjero y que los líderes de las repúblicas prorrusas requirieran la ayuda militar del Kremlin para defenderse del ejército ucraniano. En el discurso de esta madrugada Putin ha asegurado que el objetivo es “desmilitarizar” Ucrania, una amenaza a la seguridad de Rusia. Del tacticismo híbrido a la guerra abierta.

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No ha hecho falta la operación de falsa bandera (un ataque atribuido falsamente al enemigo para justificar la respuesta) que Washington, Bruselas, Londres, París o Berlín tanto habían advertido. Putin ha actuado sin ningún miramiento para intentar ganarse el corazón de los ucranianos rusófons, a quienes dice que va a salvar, pero que masivamente rechazan quedar bajo el paraguas del Kremlin. Sin ningún miramiento tampoco por las bajas que puedan tener sus filas, que ahora se enfrentan a un ejército profesionalizado y que en los últimos meses ha recibido armamento de los Estados Unidos y de algunos países europeos, sobre todo los del Este, que comparten el sentimiento de amenaza.

De nada han servido las primeras sanciones de la UE y los Estados Unidos ni las advertencias occidentales de que se reforzará la frontera este de la OTAN. Putin ha desencadenado la guerra y solo él sabe si su objetivo es anexionarse el Donbás (una nueva amputación de Ucrania que a estas alturas ya todo el mundo ve como un mal menor), o un cambio de régimen en Kiev para recuperar el gobierno prorruso que perdió después de la revuelta del Euromaidán en 2014. Sea como fuere es que, después de los conflictos en los Balcanes de los años 90, la guerra ha vuelto a Europa.