Ucrania lanza el ataque más potente y profundo contra la aviación rusa en la víspera de las negociaciones

MoscúEscalada militar a las puertas de la segunda ronda de conversaciones directas entre Rusia y Ucrania de este lunes en Estambul. El Servicio de Seguridad ucraniano (SBU) asegura haber destruido a 41 bombarderos rusos en cuatro bases aéreas de la retaguardia. A la espera de que se aclaren los detalles, la operación puede haber destruido una parte significativa de la flota de aviones de guerra con la que la aviación rusa golpea a las ciudades ucranianas.

Se trata de uno de los ataques con drones más exitosos de Ucrania desde el inicio de la guerra y supone un golpe estratégico en un momento en el que Vladimir Putin ha intensificado los bombardeos. Los aeródromos afectados están situados en Riazan, Ivanovo, Murmansk e Irkutsk: nunca antes el ejército de Kiiv había golpeado tan adentro del territorio ruso. En el caso de Irkutsk (Siberia), se encuentra a unos 5.000 kilómetros de Ucrania, mientras que la base de Murmansk, en el Ártico, está a 1.800 kilómetros de la frontera.

La operación a gran escala, bautizada con el nombre de "Teranyina", también ha sido singular por el método con el que se ha llevado a cabo: los aparatos se han lanzado desde camiones aparcados cerca de los aeródromos. Los servicios secretos de Kiiv han estado un año y medio preparando el ataque, introduciendo a escondidas los drones en Rusia y depositándolos en el remolque de los camiones para, finalmente, activarlos de forma remota. El ministerio de Defensa ruso informa que ha realizado detenciones relacionadas con el ataque, aunque Kiiv deja claro que todos los participantes en la misión ya habían abandonado previamente el país.

Las aeronaves afectadas eran capaces de lanzar armamento nuclear, por tanto el ataque mina también las capacidades atómicas del Kremlin. Blogueros de guerra ultranacionalistas rusos han descrito el episodio como el "Pearl Harbor ruso" y han reclamado una respuesta al igual que la de Estados Unidos contra Japón en 1945. "Esto no es sólo un pretexto, sino un motivo para lanzar ataques nucleares a Ucrania", ha escrito en Telegram el canal Dva Maiora.

Horas antes, Rusia había lanzado 479 misiles y drones contra territorio ucraniano, en un nuevo ataque aéreo récord. En total se dispararon 472 aparatos no tripulados Shahed, tres misiles balísticos y cuatro misiles de crucero.

Se hunden dos puentes en Rusia

La escalada se produce en medio de acusaciones cruzadas entre Kiiv y Moscú por el derrumbe de dos puentes ferroviarios en regiones rusas fronterizas con Ucrania. Al menos siete personas murieron y otras 71 resultaron heridas al derrumbarse un puente en la región de Briansk que afectó a un tren de pasajeros. Pocas horas después, de madrugada, en la región de Kursk, otro puente ferroviario se desplomó al pasar un tren de mercancías y provocó tres heridos.

En el tren de pasajeros, que se dirigía a Moscú, viajaban 388 personas y en el momento de los hechos se encontraba a unos 100 kilómetros de la frontera ucraniana. Una de las víctimas mortales es el conductor de un camión que circulaba cuando se ha desplomado el puente, y entre los más de sesenta heridos hay tres graves, uno de ellos un bebé. En cuanto al tren de mercancías de Kursk, el derrumbe ha derribado a la locomotora y los heridos son el maquinista y dos de sus ayudantes.

Inicialmente, el Comité de Investigación ruso había señalado como causa dos explosiones y calificó los dos incidentes de "ataques terroristas", pero al cabo de un rato se ha desdicho y se ha limitado a hablar de "casos criminales". El senador Andrei Klixas, estrecho colaborador de Putin, sí ha culpado directamente a Kiiv. Según el político ruso, la respuesta del Kremlin debería ser la creación de una "zona de seguridad" a lo largo de la frontera ucraniana "tan amplia que excluya la penetración de terroristas" en territorio ruso. Por su parte, Andrei Kartapolov, presidente del Comité de Defensa del Senado, afirmó que es "definitivamente" obra de los servicios especiales ucranianos.

Otro representante ruso, Rodion Miróshnik, una de las voces más autorizadas de la diplomacia del Kremlin, ha apuntado que Ucrania pretende "desestabilizar la situación" la víspera de las conversaciones propuestas por Moscú en Estambul. Considera que son unos hechos "inaceptables" si Kiiv está comprometida con una resolución pacífica del conflicto.

Este lunes debe celebrarse en Turquía la segunda tanda de negociaciones entre ambos países con el objetivo de discutir los memorandos de paz elaborados por cada bando y las condiciones para un alto el fuego. Volodímir Zelenski ha confirmado este domingo que enviará una delegación pese a los recelos porque Rusia no ha querido facilitarles su documento antes del encuentro y el temor a que sea un paso más en la estrategia dilatoria del Kremlin.

En cambio, desde Kiiv acusan a Moscú de haber cometido un "ataque de falsa bandera" con las explosiones en los trenes. El jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo para la Seguridad y la Defensa de Ucrania, Andrí Kovalenko, apunta que "no es la primera vez" que Rusia recurre a este tipo de atentados autoinfligidos. Cree que el Kremlin "prepara el terreno" para romper las negociaciones dañando la imagen internacional de Ucrania y continuar con la ofensiva en las regiones de Sumi y Zaporíjia. "Ucrania no tiene ningún motivo para perturbar la cumbre de Estambul. [...] Una guerra ferroviaria al estilo de la Segunda Guerra Mundial es un argumento para la propaganda rusa, no un instrumento de nuestra política", indicó en un mensaje de Telegram.