El avance ruso en Ucrania se estanca y en Moscú dudan de que Rusia pueda ganar la guerra
"Si no podemos ganar la guerra, ¿acaso deberíamos abandonarla?", escribe un coronel crítico desde la cárcel
Moscú"Esto tuyo no pinta bien. Hace cuatro años que luchas en una guerra que debería haber durado una semana. ¿Eres un tigre de papel?" Estas son las palabras que Donald Trump asegura haber dirigido a Vladimir Putin durante la reunión que ambos mantuvieron en Alaska, el pasado 15 de agosto. En ese momento, el ejército ruso acababa de hacer un avance alarmante para las tropas ucranianas en el frente de Pokrovsk, en Donetsk. Un mes y medio después, Kiiv ha logrado contener la situación y, aunque sigue sufriendo en algunas zonas, crecen las voces en Moscú que ponen en duda que Rusia sea capaz de derrotar a Ucrania.
Durante el mes de septiembre, los soldados rusos han conquistado 259 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, la cantidad menor desde abril, según datos del proyecto de análisis militar DeepState. Esto es un 44% menos que en agosto y representa un 0,04% de toda la superficie de Ucrania.
El Kremlin ha rebatido las palabras de Trump asegurando que Rusia "no es un tigre de papel, sino un oso" y aclarando que "no hay osos de papel". Asimismo, la posición oficial del gobierno ruso, que no se cansa de repetir, es que sus tropas llevan la iniciativa en todos los frentes y que nada puede dar la vuelta a la dinámica de la guerra.
Ahora bien, la provocación del presidente estadounidense ha hecho terminar la paciencia de uno de los máximos críticos de Putin, Ígor Guirkin. Este coronel, ultranacionalista, culpable de haber desatado la guerra en el Donbás en el 2014, está encarcelado por cuestionar la estrategia del presidente ruso en Ucrania, y escribe periódicamente cartas en las que valora la actualidad militar. En uno de sus últimos textos, plantea por primera vez lo siguiente: "Si no podemos ganar la guerra, ¿acaso deberíamos abandonarla?"
Guirkin considera que las circunstancias son "extremadamente graves" y que se encuentran "en constante deterioro". "Desgraciadamente, no veo ninguna perspectiva de una victoria rápida sobre Ucrania, ni siquiera que acabe habiendo", lamenta. Según el militar, "alguien tendrá que hacerse responsable de los planes imprudentes, completamente desconectados de la situación operativa real, que han conducido a derrotas graves, reveses y enormes pérdidas".
La queja de Guirkin se corresponde con la denuncia que ha hecho recientemente un soldado ruso del frente de Pokrovsk. En un mensaje en su canal de Telegram, Aleksander Zaborovski critica que la insensatez de los comandantes provocará que todos los movilizados acaben "borrados" en un máximo de dos meses. Explica que la presión de los drones y la incapacidad del ejército ruso de repelerlos hace muy difícil abastecer a la línea de frente, a cincuenta kilómetros de los depósitos de suministros. "Ahora ya nos movemos de dos en dos, pero si no controlamos el cielo, haremos esos cincuenta kilómetros sobre cadáveres. ¿Y después qué?", concluye.
Rusia basa buena parte de su táctica en la superioridad numérica. El número de nuevos soldados contratados se ha estancado en los últimos meses, pero sigue siendo suficiente para proporcionar la primera línea con muchos más hombres que Ucrania. A su vez, también paga un precio muy alto para avanzar sobre el terreno, con operaciones de asalto que dejan cientos de víctimas diarias. Y, sin embargo, no es suficiente para doblegar las líneas defensivas de Kiiv. Los sectores más probélicos, entre ellos Guirkin, creen que sólo con una nueva movilización obligatoria, como la de septiembre del 2022, podría decantarse la balanza a favor de Moscú, pero el Kremlin no parece dispuesto a asumir el coste político de esta decisión.
Optimismo ucraniano con matices
Desde Ucrania, Volodímir Zelenski saca pecho que la ofensiva rusa de verano ha sido "frustrada" y que no ha logrado ninguno de los objetivos que perseguía. El comandante militar jefe ucraniano, Oleksandr Sirski, afirma que los planes de Moscú de crear una zona de seguridad en las regiones de Sumi y Járkov, al norte, para avanzar hacia Pokrovsk y capturar a todo Donetsk no han tenido éxito.
Sin embargo, los analistas de DeepState relativizan el optimismo oficial ucraniano. Según sus observaciones, hay tres puntos especialmente complicados para las tropas de Kiiv: el más preocupante, desde su punto de vista, es Novopavlivka (Zaporíjia), donde apuntan que "las últimas decisiones de personal no inspiran demasiadas esperanzas de mejora"; el segundo es Kúpiansk (Járkov), que, "si no se hubieran tomado decisiones a tiempo, podría haber terminado en tragedia", señalan los expertos, aunque "es demasiado pronto para decir que la amenaza ha pasado", y el tercero, Pokrovsk, donde, si bien el ejército ucraniano es mucho más que recuperado alto".