Coronavirus

Los trabajadores sanitarios, los bomberos y los militares de Francia podrán ser despedidos si no se vacunan

Los sindicatos advierten del cierre de servicios en los hospitales y en las residencias por falta de personal

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Una persona recibiendo la vacuna contra el covid -19 en la ciudad francesa de Nantes

ParísDesde este miércoles, 2,7 millones de franceses del sector sanitario y de emergencias solo podrán seguir trabajando –y cobrando– si están vacunados. El ejecutivo de Emmanuel Macron ha optado por no hacer obligatoria la vacunación contra el covid-19 para todos los trabajadores del país, pero sí para los que están en contacto directo con personas enfermas o colectivos vulnerables. La medida entra en vigor entre protestas y críticas de los sindicatos, pero la presión no ha sido mayoritaria ni ha hecho cambiar los planes de un gobierno al que no le ha temblado el pulso a la hora de poner en marcha medidas restrictivas para frenar los contagios. 

La obligación de vacunarse afecta a todo el personal sanitario y sociosanitario, sea del sector público o privado, e incluye a administrativos, celadores, voluntarios, trabajadores de residencias de gente mayor, cuidadores de personas dependientes o estudiantes en prácticas. También afecta a los farmacéuticos, fisioterapeutas, dentistas y psicólogos, así como al personal de transporte sanitario, los bomberos y los militares que tienen contacto con el público, como los gendarmes. Los que no estén vacunados, al menos con una dosis, quedarán suspendidos de trabajo y sueldo hasta que acepten inmunizarse. Si se niegan definitivamente, a partir del 15 de octubre pueden ser despedidos. La nueva ley también prevé multas de hasta 3.750 euros y seis meses de prisión para los empresarios de estos sectores que mantengan en plantilla a trabajadores no vacunados pasada esta fecha.

Casi siete de cada diez franceses (69,4%) están vacunados con la pauta completa, un porcentaje que sube al 92% en el caso de los médicos y al 85,4% entre los trabajadores de residencias de la tercera edad. Las cifras del personal sanitario vacunado han aumentado espectacularmente desde que el gobierno del país puso encima de la mesa esta idea, un dato que demuestra que la medida ha tenido su efecto. Hace seis meses, solo la mitad de los trabajadores del sector sanitario tenía la pauta completa de vacunación. 

Críticas de los sindicatos

“Tengo muchos compañeros que se han vacunado a regañadientes desde el momento que se supo que se aprobaría la medida. Son trabajadores que no se querían vacunar, pero que no tenían alternativa”, aseguraba este martes la portavoz de la CGT-Salud de Francia, Carine Sedenio. Los sindicatos califican la medida de “chantaje” y advierten de que obligará a cerrar servicios y camas ante la falta de personal. “Puede ser una catástrofe sanitaria”, advierte Sedenio. Según la portavoz, los sindicatos no están en contra de la vacunación, sino del hecho de que el gobierno obligue a los trabajadores a inmunizarse. Sedenio cree que “se tendría que haber apostado más por la pedagogía y menos por la imposición”.

A principios de septiembre ya entró en vigor en Francia la obligación de disponer de pasaporte sanitario –estar vacunado o tener un test negativo de covid– para los trabajadores que tienen contacto con el público, como los del sector de la restauración o del ocio. También es obligatorio el pasaporte sanitario para clientes de bares y restaurantes y para entrar en grandes almacenes o lugares con una gran concentración de personas, como los estadios de fútbol. La medida ha provocado protestas desde hace semanas, pero las manifestaciones cuentan cada vez con menos apoyo. El sábado la protesta más importante tuvo lugar en París, con la participación de unas 19.000 personas.  

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