La UE aborda con los EE.UU. la respuesta a Rusia después de que Macron reclame una defensa propia

Los ministros de Exteriores discutirán con Blinken la coordinación de la acción diplomática en la crisis de Ucrania

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El Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell.

BruselasContinúan los esfuerzos diplomáticos al más alto nivel para apaciguar la tensión con Rusia en la frontera de Ucrania, y la Unión Europea se mantiene a merced de Washington, que lidera las conversaciones con el Kremlin. Los contactos entre la administración del presidente norteamericano Joe Biden y los diferentes interlocutores de Bruselas son constantes, pero algunos –sobretodo Francia– creen que la UE tendría que tener su propia voz. "Queremos ser parte de esta discusión y no es extraño que Macron lo diga", decía otra fuente diplomática esta semana en referencia al llamamiento que el presidente francés hizo desde Estrasburgo para que Europa tenga su propia propuesta defensiva y su propio diálogo con Rusia.

Pero por mucho que muchas voces, incluida la del jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, simpaticen con las aspiraciones europeas de Macron, la declaración de intenciones no llegaba en el mejor momento. En Bruselas ya está asumido que en una crisis que varias fuentes refieren como "la mayor desde la Guerra Fría" hay que mantenerse alineado con Washington, porque justamente uno de los objetivos de Putin es dividir el bloque de Occidente. Por eso mismo, después de las declaraciones de Macron, Borrell llamó a la Casa Blanca e invitó el secretario de Estado, Anthony Blinken, a unirse a la reunión de ministros de Exteriores europeos. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, salía también al paso haciendo un llamamiento a la unidad y a evitar divisiones entre los aliados.

Blinken estará en la reunión (virtualmente). Tanto para reafirmar en Europa que no se hablará de su seguridad sin tenerla en cuenta como para que la misma UE pueda confirmarle su apoyo en el liderazgo de las negociaciones. Esta crisis ha vuelto a poner a la UE ante el espejo que le muestra sus debilidades de cara al interior y también al exterior. Las diferentes sensibilidades europeas a la hora de relacionarse con Rusia han dificultado siempre una política clara hacia la beligerante potencia vecina y la UE vuelve a estar de nuevo haciendo equilibrios entre dudas existenciales. ¿Tiene que tener Europa una política de defensa propia y clara? ¿Es ahora el momento de discutirla o vale más mantenerse a la sombra de Washington para no echar más leña al fuego? ¿Hay que aprobar sanciones de manera preventiva o solo reaccionar cuando se produzca la agresión? ¿Hay que parar la construcción del gasoducto Nord Stream 2 para abastecer a Alemania de gas ruso?

Todas estas cuestiones son las que hace semanas que se debaten en Bruselas y las que vuelven a tener este lunes sobre la mesa los ministros de Exteriores. Hay visiones diferentes, pero las diversas fuentes diplomáticas consultadas muestran unidad a la hora de transmitir dos mensajes. Por un lado, que la UE será capaz de responder de manera rápida, proporcional y con contundencia cuando sea pertinente. "Cualquier agresión de Rusia topará con su respuesta", dice una fuente europea, que asegura que será "cuestión de días y no de semanas". De la otra, se están discutiendo todo tipo de sanciones (también económicas y financieras), pero el Kremlin no tiene que poder intuirlas.

Este será el eje de la reunión de los ministros europeos y también de los diferentes contactos diplomáticos que se mantendrán la semana en qué los Estados Unidos prevén presentar por escrito sus propuestas a Rusia, tal como acordaron Blinken y el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en Ginebra el pasado viernes. Del encuentro no hay que esperar el anuncio de sanciones o una respuesta europea clara, pero sí el mensaje político que la UE ha repetido desde el inicio del conflicto: apoyo a la soberanía territorial de Ucrania y a su derecho de unirse a la OTAN si así lo considera y la necesidad de que la UE esté al caso de cualquier decisión que incumba a los europeos. También esta semana Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, reactivan el tradicional eje francoalemán y lo debatirán el martes en Berlín.

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