Escola Valenciana, estrangulada por el gobierno Mazón y premiada por el Institut d'Estudis Catalans

Barcelona"Somos resilientes y rebeldes", sentenciaba este martes la presidenta de Escola Valenciana (EV), la profesora y activista Alexandra Usó. La entidad celebra este 2025 los cuarenta años de su fundación en defensa del catalán y lo hace recibiendo el 67º premio Prat de la Riba del Instituto de Estudios Catalanes (IEC) por su "actitud decidida y constante en defensa de la unidad de la lengua y por la labor en favor de la normalización lingüística en el País Valenciano", subrado. La entrega tendrá lugar el miércoles, Sant Jordi.

"El premio nos da un empujón para seguir. Nos queda muchísima cuerda", afirmaba Usó. La resiliencia es indiscutible, viendo a los gobiernos de derechas anticatalanistas ya los de izquierdas equilibristas que se han ido sucediendo. "En la Comunidad Valenciana lo tenemos complicado desde la batalla de Almansa", subraya la presidenta de EV, una entidad asamblearia y formada por voluntarios activistas. Pese al ahogo al que ha sometido la entidad el gobierno de Carlos Mazón, que les ha obligado a reducir a sus trabajadores de 21 a 7, les ha limitado la formación del profesorado y les ha dejado sin un euro de subvenciones, Escola Valenciana mantiene no sólo su frenética actividad cultural y festiva para normalizar la lengua en el País Valenciano, sino también la belx con movilizaciones constantes. El próximo lunes se celebrará la sexta manifestación en contra del gobierno valenciano. "Estamos contentos de estar detrás de la reacción de la sociedad", sostiene.

Meses después de la DANA, hay 93 escuelas afectadas y una docena que deberán tirarse al suelo. La normalidad está lejos. "Vivimos en un territorio de desgobierno, en el que las instituciones no están junto a la ciudadanía —dice Usó—, y cuando hay medidas son para ir en contra de la esencia de nuestro pueblo, nuestra lengua y nuestra cultura", lamenta. "No hay ningún dirigente que diga ni una palabra en catalán pero dicen que el catalán se impone", explica. La llamada "ley de libertad educativa" es lo que les tiene más dispuestas a cómo se repartirán los grupos, cómo se harán las matriculaciones y qué nivel de discrecionalidad y vulneración de derechos aplicará el gobierno el próximo curso. "Los derechos de los valencianohablantes no están garantizados en la Comunidad Valenciana, no están garantizados en la educación", dice, aunque reconoce que "el disparo le ha salido por la culata" al gobierno, porque los resultados de la consulta sobre lengua no fueron los que esperaban.

"Cada vez que la derecha saca del armario un fantasma que les funciona es el del pancatalanismo", señala Usó, que defiende un término que saca de quicio a la derecha, como son los Països Catalans. "Hagamos el papel que debería desempeñar el gobierno, que es trabajar por la normalización de la lengua, somos una ganga —les reprocha la presidenta de Escola Valenciana—, lo que pasa es que no lo ven".