Lasaña de polémicas a raíz del documental de TV3 que vincula al autor deMi abuelo con una red de proxenetismo, incluyendo a menores. La familia ha denunciado a la cadena y critica que no recogiera las dos sentencias judiciales absolutorias que exoneraban a Josep Lluís Ortega Monasterio de cualquier delito. También que no hubiesen contactado con ellos para explicar su visión, según la cual las denuncias fueron una venganza porque el compositor y militar había apoyado a una organización clandestina prodemocrática. Todo ello ha acabado enturbiando un trabajo de trabajo con las víctimas y testigos que pasaron por el prostíbulo en cuestión que tenía, y tiene, mucho valor informativo. En estas cuestiones delicadas, esa última llamada que desafiará nuestro relato es incómoda pero imprescindible para servir un plato al lector con todos los elementos. Ahora, los enemigos habituales de TV3 aprovechan esta rendija para echar por tierra el documental en bloque y, de paso, también la cadena, a quien acusan de promover la cancelación de la habanera viendo una mano negra woke.
Sobre si cantarla o no, el precepto es sencillo: cada uno sabrá. La relación entre artista y obra es personal. dilema de estar enriqueciéndolo). Mi abuelo es una canción colonialista que ha recibido el favor del catalanismo por razones discutibles. Ahora, es un tema. Y si la gente se la ha hecho suya, sacarla de un programa de habaneras contribuye cero a solucionar el problema de la explotación sexual. Es simple postureo de clic.