Un castigo a la BBC por tomar nota

01/06/2025
Jefe de Media
2 min

La BBC tendrá que pagar a Gerry Adams 100.000 euros porque en un programa de reportajes se le achacaba haber aprobado el asesinato de un infiltrado en el IRA. La prensa británica por lo general se muestra preocupada por el veredicto y lo critica, porque lo considera una amenaza al periodismo de investigación. Pero lo que el juez ha sometido a consideración de un jurado popular no es la veracidad de esta información, sino si la BBC dejó claro que se trataba de lo que aseguraba una fuente anónima o bien si se entendía que la televisión le consideraba instigador de aquella muerte. En el excelente libro No digas nada, de Patrick Radden Keefe, se pone de manifiesto que la pretensión de Gerry Adams de no haber formado parte nunca del IRA choca con un montón de hechos que sugieren lo contrario, pero el periodismo debe ser extremadamente escrupuloso. La BBC, durante las vistas, asegura que corroboró con otras cinco personas el relato de la fuente anónima, pero eso no lo reveló al reportaje y uno no puede sino preguntarse por qué, teniendo en cuenta que reforzaba el relato.

Gerry Adams en una imagen de archivo.

Entendiendo la molestia que puede haber causado la sentencia, yo veo, sin embargo, algo positivo: ataca una de las malas artes en las que a menudo cae el periodismo. En Catalunya lo sabemos muy bien: una fuente anónima policial arroja una información que después no se sostendrá, pero los medios que están en connivencia lo escriben de modo que su lector no tiene ninguna duda de que eso es una gran verdad revelada. La única solución para evitar ese despiste (o lo que haya sido) de la BBC es ser mucho más exhaustivo en la investigación y, sobre todo, que el público tenga claro qué es información factual y qué es atribución subjetiva. Y, si existe una fuente anónima, debe poder evaluar sus posibles conflictos de intereses. Todo lo demás es echar la piedra y esconder la mano, incluso si aciertas.

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