Clint Eastwood y la falsa entrevista Frankenstein

El diario austríaco Kurier ha publicado una entrevista con Clint Eastwood para celebrar los 95 años del actor y director. Sólo hay un problema: el cineasta niega haberla dado. freelance establecida en Estados Unidos. Según ha acreditado, a lo largo de su trayectoria como periodista se ha reunido hasta dieciocho veces con Eastwood y el texto que entregó –haciéndole pasar por una entrevista fresca– era en realidad un refrito de recortes y extractos. El Kurier se ha disculpado porque se ha hecho creer al lector algo que no era.

Más allá de la anécdota, el asunto ilumina una verdad dolorosa: hablamos de la magia del cine, pero es aún más abracadabrando la magia del periodismo sobre cine. Porque demasiado a menudo hay truco. Uno de los problemas frecuentes es que las celebridades de primera línea hacen los llamados junkets, que son entrevistas conjuntas con un puñado de periodistas. Como suele ser un grupo heterogéneo, las preguntas también lo son y el tiempo demasiado limitado para que salga una conversación orgánica y ordenada. Existe la ley no escrita de que todo el mundo puede aprovechar cualquier respuesta (aunque sea formulada por otro reportero), pero los profesionales sudan tinta para confeccionar una entrevista que tenga un mínimo hilo conductor y no sea un conjunto de parches inconexos. La periodista colaboradora del Kurier ha ido un paso más allá y ha reaprovechado material de su nevera particular, como miembro de la Hollywood Foreign Press Association. A esta extinta asociación se le acusaba de montar los Globos de Oro como vía para poder atraer a grandes intérpretes a la gala con la intención de hacer la selfie y, por lo visto, arrancarles dos frases que sus miembros pudieran regurgitar años después en forma de entrevista. Normal que Eastwood haga un gruñido que ni su personaje en Gran Torino.