¿Y si la culpa del fascismo es de los fascistas?
Emiliano García-Page tiene alfombra roja parada en la mayoría de periódicos y televisiones españolas. El martes visitó a Ana Rosa y este jueves es portada de La Razón, donde fue para celebrar un desayuno periodístico. Como presidente de Castilla-La Mancha –3,5% del PIB español– podría parecer que su impacto en la agenda mediática estatal debería limitarse. Pero Page se ha distinguido por ser abiertamente crítico con Pedro Sánchez y eso le ha dado barra libre de titulares y micrófonos. En el caso de La Razón, el titular que le quitan es: "Page ofrece pactos al PP frente a la vía Sánchez de subir a Vox". Hay que aplaudir la curva acrobática que supone culpar al PSOE del auge de la ultraderecha. Es como cuando, en el 2017, desde Podemos se acusaba a los independentismos de "contribuir a despertar el fantasma del fascismo".
Hombre, no. Es cierto que los socialistas son los maestros del si tú no vas, ellos vuelven. Y lógicamente buscan capitalizar el espanto que causa la claca ultra, por lo que puede haber un efecto rebote de cohesión entre las filas de los simpáticos señores de la mano alzada. Pero antes de señalar a Sánchez, se me ocurren al menos otros dos culpables. Por un lado, el PP, que ha legitimado a Vox abriéndole las puertas de las instituciones para que hagan su política destructiva. Por otro, los medios que han sido incapaces de decir que si camina como un fascista y hace qua-quac como un fascista, quizá sea un fascista, aunque lo sea a la manera del 2025. Y han evitado decir las cosas por su nombre porque así el PP se podía seguir apoyando en esa muleta carcomida, teniendo en cuenta que los números no salen. La Razón –y otros medios– insisten en su intento de crear un gobierno de concentración PSOE-PP. Es el bipartidismo de la Transición, que no se va ni con aguarrás.