Dígitos y trastos

¿Por qué debes escribir mal tu nombre en internet?

Cuando los acentos no llegan: el reto de la 'aceptación universal'

Algunos ejemplos de direcciones en internet que no se pueden escribir con las grafías adecuadas
22/06/2025
4 min

BarcelonaInternet y los servicios digitales que dependen de ellos son una red de alcance global, pero en la práctica está sesgada hacia el alfabeto latino y los caracteres del conjunto ASCII básico. Si escribes de derecha a izquierda, en cirílico o simplemente tu nombre contiene un acento abierto o tu marca una ela geminada, encontrarás todo tipo de inconvenientes para utilizarlos: no podrás registrar un dominio que responda exactamente a tu nombre oa tu marca, los correos electrónicos no saldrán o no te llegarán y los formularios web Incidencias como éstas parecen técnicas, pero son síntomas de un problema más profundo: la falta deaceptación universal, todavía en pleno 2025.

Un problema global con efectos locales

En el mundo se utilizan 161 escrituras distintas, pero la realidad digital no refleja esta diversidad. El alfabeto latino, el más común, sirve para 305 idiomas y 4.900 millones de hablantes, seguido por 1.300 millones del chino y 660 millones del árabe.

Para entender la magnitud del problema es necesario clarificar conceptos básicos. Un TLD (top level domain) es la extensión de dominio que aparece después del punto en una dirección web, como .cat, .com o .org. Un IDN (internationalized domain name) es un nombre de dominio que contiene caracteres no ASCII, como acentos, diacríticos o letras de alfabetos no latinos que permite que los dominios reflejen lenguas y escrituras locales.

Elaceptación universal (UA) va más allá: consiste en incluir nombres de dominio en escrituras y alfabetos distintos del latín (como пример.рф o 例子.中国), nombres de dominios con caracteres no ASCII antes del punto (por ejemplo, gala.cat) y direcciones de correo que contengan antes o después de la arroba (por ejemplo, gala@.

El catalán, con once caracteres especiales ( · , à, ç, è, é, í, ï, ó, ó, ú, ü) que singularizan su alfabeto latino, es una de tantas lenguas que se ven afectadas por la hegemonía digital del inglés.

Como documenta la BBC en un estudio sobre las lenguas ausentes de internet, muchos idiomas han perdido expresiones culturales únicas debido a las limitaciones de los teclados y la dictadura de los correctores automáticos. El hawaiano, por ejemplo, ha visto cómo palabras tradicionales se transformaban para adaptarse a los sistemas digitales, lo que les ha hecho perder matices milenarios. En algunos dialectos africanos, expresiones que describen conceptos específicos del clima o de las relaciones familiares han desaparecido de los textos digitales al no reconocer los sistemas los caracteres necesarios.

En el caso del catalán, la lucha por la ele geminada ejemplifica este conflicto. Este carácter, que en las antiguas linotipias de impresión era un único tipo móvil, no existe en el mundo digital como entidad propia. A pesar de las reclamaciones de los activistas lingüísticos y del propio IEC en el consorcio Unicode por incluirla correctamente, hoy apenas se soluciona con dos elas separadas en el mejor de los casos por un punto volado.

La desproporción digital

Las cifras globales evidencian esta discriminación: mientras que el inglés representa el 52% del contenido de internet, sólo lo habla el 5,4% de la población mundial. En contraposición, el chino, que lo hablan más de 1.300 millones de personas, representa sólo el 2% del contenido digital. Esta desproporción se repite sistemáticamente: lenguas con cientos de millones de hablantes tienen una presencia digital mínima.

En cuanto a los dominios internacionalizados, las cifras revelan el alcance limitado del 'aceptación universal. Según Beatriz Guzmán, directora del dominio .cat, los 4,4 millones de dominios IDN representan el 69% de los ccTLD (dominios vinculados a países) pero sólo un escaso 1,2% del total mundial de dominios. Los más populares son los rusos, que han sabido mantener su identidad digital pese a las presiones uniformizadoras.

El caso catalán ilustra perfectamente esta marginación. Aunque el dominio .cat nació en 2006 como primer dominio lingüístico y cultural del mundo que aceptaba los símbolos propios de la lengua catalana, de los 113.000 dominios existentes sólo 1.249 utilizan caracteres IDN, un magro 1,1% del total.

Obstáculos cotidianos

La realidad práctica es demoledora. Menos del 26% de los servidores de correo electrónico tienen direcciones internacionalizadas. Esta limitación tiene consecuencias concretas en la vida cotidiana de los usuarios. BarcaStore, ya que la plataforma no reconoce los caracteres catalanes.

Los experimentos demuestran la magnitud del problema. chino, lo que evidencia que la incompatibilidad no es técnica sino comercial.

Esta situación obliga a los usuarios a realizar renuncias diarias en su identidad lingüística. Muchos catalanes optan por dominios sin acentos para evitar problemas de compatibilidad, lo que perpetúa un ciclo que normaliza la ausencia de sus propios caracteres. Se trata de una forma sutil pero efectiva de asimilación digital.

Un ejemplo paradigmático son los sistemas de pago. Hasta hace poco, Bizum no permitía utilizar la ce rota, lo que obligaba a los usuarios catalanes a modificar sus nombres. Sólo se adaptó el servicio después de presiones de Plataforma por la Lengua, y progresivamente las entidades bancarias han ido aceptando los caracteres especiales catalanes.

Soluciones existentes, voluntad ausente

El problema no es tecnológico. Los protocolos para elaceptación universal ya existen y son maduros. La infraestructura está preparada; existen los estándares necesarios y la arquitectura base es compatible. Lo que falta es voluntad política y comercial.

Los gigantes tecnológicos tienden a uniformizar las culturas para simplificar sus procesos, mientras que los registradores de dominios consideran que tener en cuenta tantas variantes les complica la actividad y no genera negocio suficiente. Es una discriminación predeterminada que tiene efectos reales sobre millones de hablantes.

Sin embargo, algunos casos demuestran que la compatibilidad es posible cuando hay voluntad. Renfe permite comprar billetes con una dirección de correo que incluya letras acentuadas, evidenciando que las soluciones técnicas existen. Y Guzmán asegura al ARA que algunos registradores de dominios comienzan a interesarse por los requisitos técnicos para ofrecer dominios IDN.

Un derecho digital fundamental

La compatibilidad lingüística en la red no es un capricho cultural, sino un derecho digital fundamental. Si internet quiere ser realmente universal, debe ser capaz de incluir todas las lenguas, todas sus identidades, todos los caracteres y todos los acentos, sin excepción.

Hasta que la industria tecnológica no se responsabilice del deber de proteger la diversidad cultural, gozaremos del privilegio de tener teóricamente todas las letras disponibles sin el derecho práctico de utilizarlas con normalidad. Un internet que no permite escribir l·l no es el internet de todos: es sólo el de unos pocos.

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