Díaz Ayuso entona el "Catalunya nos roba"

Cuando el lema "España nos roba" hizo cierta fortuna entre el independentismo, la fachosfera lo consideraba prueba inequívoca del supremacismo catalán insolidario. El anuncio de finiquito de deuda autonómica ha desatado la versión más hard de Isabel Díaz Ayuso, pero lo único que recibe son alfombras rojas para que pueda seguir atizando su odio interterritorial. El domingo le entrevistaban en El Mundo y la presidenta madrileña espetaba: "Nos están robando para fabricar una nación paralegal". Pero no es éste el titular, sino que el diario ha escogido: "Primero la amnistía y ahora la deuda catalana. Nos tratan como idiotas". Merece la pena subrayar que el titular no argumenta nada, en realidad, sino que es la enésima apelación emocional al sentimiento de ofensa. No razona, sino que busca sólo la respuesta instintiva, desde la entraña. Cuando habla de Isla, aunque no venga a cuento, se apresura a decir que "quiere imponer la educación sexual integral a los parvularios". En una extraña metáfora sobre una comunidad de vecinos, Ayuso ofrece un relato totalmente romantizado sobre Madrid: "Los del primero nos íbamos a dormir temprano, nos levantábamos a trabajar y vivíamos con total rigor y austeridad". Pero lo más grave, claro, es que por oposición está diciendo que esta Catalunya pervertida desde el parvulario derrocha dinero, es tumbona y sale de fiesta hasta tarde: ¿no era ella quien hacía bandera de las terrazas abiertas contra viento, marea y cóvido?

Como es natural, a la entrevista no se le pregunta sobre que Catalunya se haya endeudado en buena parte por el déficit fiscal histórico que sufre, año tras año. Ni por los beneficios del efecto capitalidad. El drama del café para todos es que, en cuanto a relato y consideración moral, acaba derivando siempre en vinagre sólo para Cataluña.