Una encuesta que sacude el tablero político
BarcelonaCuando un diario encarga una encuesta, su sueño es que venga llena de titulares, y su pesadilla es que no lleve ninguna (también puede ocurrir que los titulares que vengan no gusten a los lectores de ese diario, pero ésta es otra historia). La encuesta que publica este domingo La Vanguardia no sólo va llena de titulares sino que sacude el tablero político catalán de forma espectacular. Vamos a palmos.
La subida de la extrema derecha, sobre todo en el caso de Aliança Catalana, hace que la única fórmula de gobierno viable sea un tripartito PSC-Junts-ERC, porque ni siquiera la sociovergencia sola suma. La derecha tendría mayoría en el Parlament por primera vez desde el 2010, cuando sumaban CiU y PP. Pero sería por sólo un escaño y con menos votos que el bloque de izquierdas (46,9% versus 48,2%). Y tampoco sería una mayoría operativa. ERC volvería a ser segunda fuerza, como en el 2012, pero en este caso superando a Junts (en votos y empatando en escaños a 21) y no al PSC (a quien superó en escaños pero no en votos).
Aliança Catalana estaría a un paso de hacer el sorpasso en Junts, un fenómeno que no ha ocurrido en España con Vox y PP pero sí en otros países de nuestro entorno como Francia e Italia. El peso de la extrema derecha en Catalunya, un 24% sería superior al de España, donde ninguna encuesta da a Vox más de un 20%.
Gabriel Rufián es el líder político catalán con más aceptación porque es mejor visto entre el electorado del PSC que Oriol Junqueras. En cambio, Carles Puigdemont se sitúa incluso por detrás de Silvia Orriols. El independentismo sumaría cuatro escaños más que ahora y alcanzaría los 65, a tres de la mayoría absoluta (que sería inoperativa igualmente).
El resultado de todo ello es una Catalunya ingobernable, salvo que haya una gran coalición del catalanismo, que por otra parte sería la fórmula de gobierno preferida para Salvador Illa para equilibrar el peso que ahora mismo tienen ERC y Comuns en sus políticas. Porque a diferencia de lo que ocurre en España, donde un gobierna de PP y Vox es perfectamente posible, en Catalunya las posibilidades de un gobierno con participación de Vox o AC son prácticamente nulas.