Y, junto a la firma, "socialista resentido"

La Razón publica un artículo de Tomás Gómez en el que afirma que Pedro Sánchez es "el hombre que mató al PSOE". Colaborador habitual del diario de Marhuenda, ningún epígrafe permite identificar desde qué posición escribe su diatriba. Resulta que el señor Gómez es ex secretario del Partido Socialista de Madrid. Y que lo dejó de ser porque Pedró Sánchez se le fumó a raíz de varias crisis: el sobrecoste del tranvía de Parla –ciudad de la que era alcalde–, la aparición de su nombre en medio de la operación Púnica o los problemas internos que generó en las agrupaciones de este municipio, así como de Leganés o Aranjuez. La patada la recibía en el 2015, y el interfecto reaccionaba: “Esto no ha terminado. Probablemente, no ha hecho más que empezar”. Era un clamor de venganza que ha intentado ejecutar durante los últimos nueve años, por ejemplo desde este rinconcito a La Razón. La idea que podrá abatir Pedro Superviviente Sánchez con una cucharilla de café despierta una sonrisa beatífica, pero cada uno tiene derecho a sus aficiones, sean la filatelia, los trenes en miniatura o las columnas dando por muerte políticamente al líder del PSOE.

Cabe decir que ninguna de las polémicas que motivaron su destitución han derivado en una sentencia condenatoria. Pero me parece que todo este contexto ayuda a comprender que su análisis está ligeramente tamizado por sus demonios internos contra Sánchez. Y si es así, ¿el diario no debería indicarlo? ¿No es un contexto necesario para decodificar el artículo? Si no lo indica, quizás lo más prudente sería pedir al colaborador que no escriba sobre las suyas vendette particulares. Pero, claro, ve que el diario no lo haya fichado precisamente para ventilar su resentimiento, semana sí, semana también.