Íñigo Errejón sólo representa a Íñigo Errejón

La esfera personal siempre es política, decía un día Íñigo Errejón y ahora se adivina que, ay, el tema "no le quedaba lejosQuema justamente en la pira de la ejemplaridad y el lamentable comunicado de ayer —ni una palabra de disculpa a las víctimas— es hojarasca que debe alimentar las llamas. Ahora bien, conviene recordar la obviedad de que el dirigente de Sumar, en este aspecto, sólo se representa a sí mismo. Lo digo porque cierta prensa se ha abalanzado a presentarlo como símbolo de la izquierda, con el ánimo de denigrar a todos los que se consideran. es neoliberalismo, es acoso”, dice un articulista en Abc. "Errejón, síntoma del fracaso de la izquierda", titula La Razón en su editorial, en un texto muy creativo en el que se dice que las democracias occidentales ya han solucionado cuestiones como la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Claro, entonces ves que entre las seis personas que mandan más en el diario están, tras sumarlas, un total de cero mujeres y el discurso se desmonta un poquito.

Desgraciadamente, si algo queda claro sobre el machismo es su lamentable transversalidad. Ninguna ideología garantiza librarse de las contradicciones entre lo que se dice y lo que se hace, o vacunarse contra el abuso por razón de sexo. Recuerdo cómo, de cierto político democristiano, corría la berrea que era cristiano de cintura hacia arriba y demócrata de cintura hacia abajo. Habrá que investigar el papel de Sumar en este asunto, porque hace hiro de encubrimiento, pero sería contraproducente –aparte de absurdo– abonar la idea de que el caso es más grave por venir de una formación de izquierdas. Hacerlo así, como se está intentando, traslada subliminarmente la idea de que este comportamiento resulta algo más aceptable al otro lado del espectro político. Que uno puede abusar de su privilegio machista si es que va a cara descubierta.