Prensa

Inquietud por la venta del histórico 'Daily Telegraph' en Reino Unido

La redacción ha expresado preocupación por los posicionamientos en el conflicto Israel-Hamás de quien se apunta como nuevo propietario de la histórica cabecera

El diario se fundó en 1855
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Barcelona"Era, es y será". Éste es el lema que lució en portada The Daily Telegraph, faro del conservadurismo británico, durante más de un siglo. Pero el rotativo arrastra problemas económicos y solo el pasado año sumó 244 millones de libras (292 millones de euros) de pérdidas en sus cuentas, fruto de las deudas de difícil retorno que mantiene con la banca Lloyds. La crisis provocó que el diario dejara de pertenecer a la familia Barclay y pasara a manos del fondo Redbird IMI, de cara a poner el diario a la venta. Esto ha desatado un terremoto mediático en Reino Unido y el temor, entre la redacción, de que el diario de la "Era, es y será" comprometa su independencia editorial hasta el punto de no retorno, si se confirma que el nuevo propietario será Dovid Efune.

Nacido en Reino Unido y actual propietario del New York Sun, este empresario ha puesto sobre la mesa una oferta de 550 millones de libras que le permite ponerse como preferido para hacerse con el diario. Es una perspectiva que preocupa a la redacción, ya que Efune hace a menudo pública su postura sobre el conflicto entre Israel y Palestina, con opiniones muy escoradas a favor de la causa sionista. De hecho, antes de ser editor ejerció como director periodístico de la publicación judía de Estados Unidos Algemeiner Journal. Sin embargo, pese a contar con la oferta más suculenta en esta subasta, el diario aún no ha descartado la otra candidatura notable: la de David Montgomery y el suyo National World.

Una fuente de redacción citada por el Guardian explica: “Existe una verdadera preocupación entre la tropa por qué hará Efune con nuestro posicionamiento editorial en Oriente Próximo. Nosotros ya somos pro-Israel, pero a la gente le preocupa que convierta el Telegraph en su libelo propagandístico personal”. En un discurso del pasado año en Nueva York, el futurible nuevo dueño de la cabecera dijo que, en el conflicto Israel-Hamás, había que “luchar con cada artículo y cada titular”. Su defensa de un segundo estado para los judíos y del desplazamiento de los palestinos, a juicio de algunos periodistas, puede comprometer la seguridad de los reporteros desperdigados por la zona en conflicto.

Hace unos meses, la redacción ya protestó contra la perspectiva de que Sir Paul Marshall, copropietario de la polémica GB News –anclada a la ultraderecha y criticada por manipular– pudiera cerrar un acuerdo para comprar el rotativo. No fue el caso, ya que el empresario se retiró de la subasta en la segunda ronda. Eso sí, a finales de septiembre anunciaba una inversión de 100 millones de libras para comprar otra de las cabeceras del grupo, el semanario también conservador The Spectator.

Otro de los descartados es Lord Saatchi, que acudía a la subasta de la mano de una antigua directiva de The Economist. Ofrecían 350 millones de libras y pagos adicionales si los resultados acompañaban. “No es la oferta más elevada, pero es la mejor –explicaba–. Pase lo que pase, es importante que este activo nacional de primer orden acabe en manos seguras a largo plazo”, añadían, en una velada pero inequívoca alusión al actual favorito en la carrera.

Si finalmente triunfa la opción de Efune, el diario entraría en la dinámica de las cabeceras de Rupert Murdoch (The Times, The Sun) o de Lord Rothermere (The Daily Mail), en la que los medios reflejan de forma muy precisa las filias y fobias particulares de su editor. El Telegraph suma varias polémicas en los últimos años que le han dejado tocado en la línea de flotación del prestigio, pero mantenía todavía cierta idea de independencia editorial. Ahora, el empresario dispone de seis semanas de negociación en exclusiva para cerrar un acuerdo que puede representar otro timón hacia la derecha en el panorama de medios del Reino Unido.

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