El Mobile World Congress ya no es lo que era (y esto es bueno)

Hace un par de años que GSMA, la patronal de las telecomunicaciones que organiza los MWC de Barcelona, ​​Los Ángeles, Shanghái y Kigali, insiste –es decir que con poco éxito aquí– que el congreso no debemos llamar Mobile porque el alcance va mucho más allá de la telefonía móvil. Y en esta edición se ha demostrado sobradamente que tienen razón. No sólo por la ausencia de grandes novedades en materia de teléfonos, sino porque el grueso de las ponencias y de los stands ya corresponde a productos y servicios que dan la conectividad por hecha, como si fuera la electricidad o el agua. Aunque algunas nubes amenazan a esta industria. Como complemento a las crónicas diarias, hoy repasamos algunas tendencias destacadas.

Inteligencia artificial hasta la sopa.Un directivo de multinacional me decía el miércoles que una cuarta parte de los 2.400 stands del MWC24 exhibían en algún lugar de la rotulación la sigla IA. Hace años que los algoritmos determinan nuestra experiencia digital: el filtro de spam de Gmail, el cálculo de rutas de Maps, los anuncios que vemos en los videojuegos que no hemos pagado, las fotos que nos muestra Instagram... Pero la presencia de la inteligencia artificial en esta edición ha sido abrumadora. Por un lado, el impulso de la modalidad generativa, capaz de inventarse textos, imágenes y sonidos a partir de un diálogo bastante natural con los usuarios. Por otro lado, los usos industriales de la IA para optimizar la producción, investigación o atención sanitaria, con numerosos ejemplos entre las incipientes empresas del apartado 4YFN. Y todavía una más: la aplicación intensiva de la IA al funcionamiento de las redes, haciéndolas más eficientes en rendimiento y ahorro de energía. Un aspecto, este último, en el que las telecos y sus suministradores están haciendo los deberes mucho mejor que los gigantes de internet: cada consulta en ChatGPT y cada imagen fantástica generada con DALL-E consumen tantos recursos de los centros de datos que ya ponen en peligro los objetivos de sostenibilidad de todo el sector .

Los móviles son muy aburridos.Más allá del inevitable prototipo con pantalla flexible, en este caso de Motorola/Lenovo, las innovaciones en dispositivos están dentro. Tanto Samsung –antes del MWC– como Xiaomi, Honor y ZTE se han centrado en promocionar la incorporación de funciones de IA generativa que permiten a sus aparatos realizar operaciones –retocar fotos, transcribir/resumir/traducir textos y sonidos– que antes requerían acceder a servicios de la nube. La clave es el uso que todas las marcas mencionadas hacen del procesador Snapdragon más reciente de Qualcomm, que pronto contará con la compañía de un chip similar de Mediatek que ampliará el alcance de la IA a los teléfonos de gama media.

Las telecomunicaciones son la base de todo.Teléfonos, sensores, aplicaciones y servicios dependen de unas redes robustas, rápidas y de cobertura amplia, sin las cuales absolutamente nada de lo visto en el MWC y en el 4YFN sería posible. Por eso los proveedores de infraestructuras de red –antenas, fibra, centros de datos, software de gestión– siguen siendo, en realidad, los expositores más importantes del congreso. Mientras la 5G comercial sigue aquí sin serlo del todo, porque todavía comparte elementos con la 4G existente, en el MWC ya se han expuesto las redes 5G Advanced, una evolución de la 5G real que prevé trasladar más cerca de las antenas una parte de la inteligencia que actualmente reside en los servidores de la nube, para conseguir la baja latencia imprescindible para los usos industriales –fábricas, vehículos autónomos– y también para habilitar la llamada RedCap (capacidad reducida) que permite conectar dispositivos con poca autonomía, desde relojes hasta sensores agrarios.

Huawei no necesita Occidente.El veto de EE.UU. en los productos de Huawei, una intervención de proteccionismo comercial disfrazada de preocupación por la ciberseguridad, ha hecho desaparecer de las redes occidentales los equipamientos de radio de la empresa china y de las tiendas de aquí sus teléfonos. Pero ha superado el tropiezo desarrollando tecnología propia para suplir la que desde fuera se le negaba y gracias a la fortaleza en otros mercados. En la Ciudad Prohibida, la zona de su stand de 10.000 metros cuadrados –el mayor del MWC– donde sólo pueden entrar las operadoras de telefonía, hemos podido captar la prosperidad del negocio de Huawei en regiones como África y América Latina , sin olvidar que la firma también es el proveedor preferente de las redes de estados como Rusia y Afganistán de los talibanes.

¿Y eso quien lo paga?En mi artículo del domingo antes del MWC ya hacía notar la debilidad de la industria europea de telecomunicaciones, incapaz de abordar las inversiones en red que requieren un despliegue de 5G al nivel de EE.UU., China o Corea. La primera jornada del congreso volvió a ser escenario de las reclamaciones de los grandes operadores europeos a las autoridades para que obliguen a los gigantes digitales yanquis a pagar una parte del coste de unas redes de las que ellos consumen la mitad. Las telecos piden también a Bruselas que facilite las fusiones de compañías, sobre todo entre estados, para alcanzar la misma escala que en otros lugares del mundo y no tener que negociar sobre frecuencias con 27 reguladores.

De Artagnan Pallete y los tres mosqueteros.El protagonista del lunes fue José María Álvarez-Pallete por partida triple. El presidente ejecutivo de Telefónica, maratoniano empedernido y siempre a la última –no lleva reloj inteligente sino un anillo conectado Oura– intervino por la mañana como presidente de GSMA, destacando los progresos de la iniciativa Open Gateway para incluir los servicios de las redes 5G en aplicaciones de terceros; por la tarde, poniendo el tono conciliador tras la agresiva intervención de Tim Höttges de Deutsche Telekom, en una insólita presentación paritaria a cuatro, compartida también con las máximas responsables de Orange, Christel Heydemann, y Vodafone, Margherita Della Valle; y por la noche, como anfitrión del concierto interactivo del pianista Lang Lang y su holograma en el Liceu, acto con el que Telefónica iniciaba las celebraciones del centenario.

En catalán, por favor.Como evento internacional que es –para satisfacción del sector hotelero local–, se entiende que el idioma habitual del MWC sea el inglés. Pero se agradece especialmente que alguna empresa de fuera utilice nuestra lengua. Casi lloro de alegría cuando una gran teleco asiática me escribió días antes para invitarme a visitar su stand con un mensaje en un catalán impecable. Y todos los visitantes que han ido a la Fira en metro han podido ver los anuncios donde Xiaomi promocionaba la 'lente de leyenda' de su nuevo teléfono en nuestra lengua. Debería derribarles la cara de vergüenza a tantos y tantos otros expositores, especialmente las empresas incipientes de aquí, que ignoran el catalán en sus productos. La mayoría lo justifican diciendo que, mientras no tengan más recursos, deben priorizar. Pero, mira por dónde, siempre priorizan otras lenguas.