Pablo Motos y Karla Sofía Gascón: amigos para siempre


El martes, la actriz Karla Sofía Gascón volvía a El hormiguero cuatro meses después de su primera visita. El reencuentro entre el presentador y la invitada fue radicalmente distinto a la relación que establecieron el primer día. El cambio de actitud por parte de ambos tiene un detonante claro: el escándalo de los tuits xenófobos, islamófobos, anticatalanes y clasistas de la actriz que afectaron su imagen días antes de la gala de los Oscar.
En la primera visita para promocionar Emilia Pérez, Pablo Motos estaba a la defensiva y centró la conversación en la condición de trans de la actriz, con un planteamiento más bien morboso. Por su parte, Gascón, consciente de la fama conservadora del presentador, tuvo una actitud arrogante y rebelde, despreciando las preguntas Motos. Fue un diálogo crispado y nada agradable. Más allá de cómo afectó al contenido de la conversación, ambos se sentían con la necesidad de marcar distancia respecto a su interlocutor. Fue una fallida entrevista en la que Motos no supo gestionar la situación y la altivez de Gascón, que ni siquiera facilitó una buena explicación de la película que promocionaba.
Es muy significativo, sin embargo, cómo el escándalo de los tuits y el linchamiento en las redes transformó ambos personajes. Motos, que en su día debió de acabar harto de la invitada, vio que la polémica mundial era un nuevo reclamo con un mensaje de fondo que se ajustaba como un guante a sus intereses. Y Gascón sabía que el talante del presentador le funcionaba ahora de maravilla porque se adaptaba perfectamente a las características de su propio drama.
En el segundo encuentro, la actriz reapareció con un perfil mucho más bajo y dócil. Escuchaba las preguntas y divagaba en las respuestas: todo era fruto de una mala interpretación y una campaña de un Matrix malvado que se esconde en el mundo virtual. Motos dejó de lado la cuestión trans que tanto lo obsesionaba el primer día y mostró solidaridad con la mujer linchada por la cruel esfera woke. Esta vez, Pablo Motos y Karla Sofía Gascón se hicieron amigos para siempre. Quedaron unidos por el victimismo y el "ya no se puede decir nada". Ella incluso se comparó con Jesucristo clavado en la cruz. La actriz, consciente de su necesidad de tejer nuevas alianzas, incluso detuvo la conversación para cantar las virtudes del presentador y su éxito mediático. Luego, lo conminó a él a recordar los premios que ella había ganado, como si se tratara de un intercambio de favores. Nunca, en ningún caso, el presentador la confrontó con sus tuits para que aclarara las hipotéticas malas interpretaciones del contenido. Más bien parecía un pacto previo a la entrevista. La forma en la que ambos protagonistas readaptaron su vínculo y su relación es la prueba inequívoca de hasta qué punto El hormiguero ha evolucionado hacia un espacio de fuerte carga ideológica más allá del entretenimiento.