Periodismo

Los periodistas catalanes se conjuran para comunicar bien la crisis climática

Elisenda Forés presenta el estudio que permitirá ampliar el código deontológico de la profesión

La periodista Elisenda Forés, colaboradora del ARA, ha presentado el estudio que servirá de guía.
01/10/2025
2 min

BarcelonaEl futuro del planeta preocupa cada vez más y uno de los frentes abiertos es la sensibilización de la población. Los periodistas son pieza clave a la hora de aportar una información rigurosa, desmontar el negacionismo acientífico e instar un cambio cultural general. En este sentido, el Colegio de Periodistas de Cataluña prepara la ampliación del código deontológico de la profesión para que incluya un anexo dedicado al asunto. La periodista Elisenda Forés, colaboradora del ARA, ha presentado el estudio que servirá de guía para esta actualización, que se debatirá los días 7 y 8 de noviembre, en el marco del séptimo Congreso de Periodistas. Durante la jornada, también se han presentado los estudios de Álex Álvarez sobre los discursos de odio y de Jaume Suau sobre confianza en las noticias, autorregulación y seudomedios.

Un punto clave, según ha explicado Forés, es que no basta con elaborar contenidos sobre la emergencia climática, sino que la sensibilidad se construye a través del imaginario completo que emiten los medios y, por tanto, es necesaria una visión lo más transversal posible, que empape las diferentes temáticas. En cualquier caso, y en cuanto al relato, se recomienda generar acción, no compasión. "Para evitar la parálisis y la sensación de impotencia que lleva a la fatiga climática, debe evitarse el discurso único de catástrofe y el contenido estrictamente emocional", según se detalla en el trabajo.

Así, es importante renunciar a la falsa simetría por no dar espacio al negacionismo climático, priorizar las problemáticas locales y apostar por recursos visuales con narrativa propia. Otro capítulo de recomendaciones tiene que ver con la coherencia interna. En este sentido, unificar el vocabulario, formar a los profesionales en conocimiento climático y catalogar las noticias de forma clara puede ayudar al propósito de llegar mejor al público.

El trabajo apunta, además, a acciones que tienen que ver con el fundamento editorial de los medios. Se considera, por ejemplo, que una acción saludable sería romper las relaciones con las empresas causantes de la crisis climática, garantizando la coherencia, ética e independencia editorial. Al fin y al cabo, la autora defiende que el asunto climático tiene que ver también con los derechos humanos: "Es una cuestión de justicia global por la sobreexplotación de los sistemas naturales y la vulneración de los derechos humanos. Este agravio ha sido perpetrado históricamente –y también hoy en día– por los países del norte global a expensas de los recursos del sur global".

En todo caso, se observa una mejora en la percepción de la emergencia climática. Según el Eurobarómetro de 2024, es ya la tercera mayor problemática detectada por los ciudadanos de la UE y, para un 28% de los encuestados, se trata de la cuestión más grave de todas. De hecho, en 2014 sólo un 54% de los ciudadanos de la UE lo consideraban un reto "muy grande" y el porcentaje ya ha subido al 71%, según los datos de 2022. El hecho de que las cabeceras globales hayan aumentado un 300% su cobertura sobre el clima se considera un factor que ha contribuido a esta mayor consciencia.

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