Preservando la memoria de los Nissan Patrol de la Guardia Civil

¿Es que nadie piensa en aquel desafortunado capó de coche? ¿Dónde quedan la memoria y la dignidad de toda aquella chapa aplastada por los pies de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart? ¿Quién habla en nombre de los neumáticos reventados de aquellos Nissan Patrol GR? ¿Sangra todavía la herida de todas aquellas intolerables pegatinas? Son preguntas que hay que hacerse, ante los indultos. ¿Cómo se puede restituir el dolor de todas las víctimas del Procés, que no tienen nombre y apellidos, pero sí matrículas y llantas de aleación? ¿Si pinchan, no sangramos, aunque sea gasolina? Suerte tenemos de La Razón, que levanta valerosa su portada para recordarnos que todo aquel drama –no humano, sino mecánico– quedará impune, después de meter entre rejas durante cuatro años de nada a los autores de aquella masacre vehicular. Y, así, escribe su alegato en portada: "Sánchez quiere ser el «pacificador» de Cataluña como Zapatero con ETA". ¡Han cantado ETA!

Hay algo profundamente incómodo en cómo el diario de Planeta se refiere con un cierto desdén a los intentos de alguien que quiere ser pacificador. Se supone que la paz es un valor positivo. Sin embargo, en el universo paralelo de la caverna, donde el orgullo herido es la principal motivación lectora, alguien que propone desescalar un conflicto es un achantado, o un maricomplejines, como tuvo que soportar durante años Mariano Rajoy. Mientras tanto, el Abc saca el Desafiator 3000, aquella maquinota que convierte todo aquello a lo que apunta en un desafío. "Sánchez prepara los indultos y presiona a los jueces", escribe en portada. Se refieren al hecho de que el presidente español se ha posicionado a favor de la "concordia" y en contra de la "revancha". Claro: intolerable. Y por eso venden su declaración como una presión a los jueces. Nunca dirán, en cambio, que el informe del Supremo –que ahora ya sabemos negativo– es una presión al presidente español para que ejerza un perdón que, por más que les escueza a jueces y periodistas afines, está en sus manos.