Como un ruido persistente puede cambiarte la vida

Un zumbido que sientes siempre y en todas partes. Así experimentan los protagonistas de The listeners el ruido perenne que se les instala dentro de la cabeza a partir de un momento. Claire (Rebecca Hall), profesora en un instituto inglés, lleva una vida feliz hasta que este ruido se le hace presente. Nadie más a su alrededor parece percibirle. Y la familia no entiende cómo ese rumor lo altera tanto. Su doctora tampoco ofrece respuestas médicas, porque no sufre alteraciones fisiológicas ni se trata del típico acufen. Hasta que Claire descubre que uno de sus alumnos, Kyle (Ollie West), está afectado por el mismo fenómeno y juntos se integran en un grupo de autoayuda con otras personas como ellos.

Adaptación de la novela homónima del dramaturgo canadiense Jordan Tannahill, que ha firmado él mismo, The listeners pone en el centro un tipo de experiencia, la auditiva, hasta hace poco menospreciada en la ficción audiovisual. La dimensión sonora ha cobrado un mayor protagonismo como tema y como vertiente creativa en el cine y la televisión contemporáneos, ya sea en grandes producciones como Un lugar tranquilo o en propuestas catalanas independientes como Tres (2021) de Juanjo Giménez. Una tendencia en sintonía con una sociedad en la que cada vez somos más conscientes del papel que juega el sonido en nuestras vidas, ya sea por cómo nos refugiamos a diario en burbujas acústicas a través de auriculares, por la mayor sensibilidad a las múltiples manifestaciones de la contaminación sonora, o por la reivindicación de otras experiencias sensoriales como el ASMR (respuesta sensorial meridiana autónoma) o la escucha de ruido blanco.

The listeners se adentra en cómo te puede cambiar la vida ese vínculo con el ruido. Dirigida por la cineasta estadounidense Janicza Bravo, la serie se despliega como un drama íntimo en torno a Claire, que quiere transmitir audiovisualmente cómo el ruido altera profundamente la vida personal de la protagonista. Los conflictos clave se desarrollan en dos sentidos. La relación de Claire con Kyle genera un escándalo en la escuela, aunque a los dos protagonistas, en principio, sólo les una el hecho de sentirse marcados por el zumbido. La serie apunta a la dificultad de compartir una problemática con un menor en un vínculo que sólo se leerá como inapropiado. El otro escenario que dibuja The listeners tiene que ver con hasta qué punto nos identificamos con nuestras diferencias. ¿Puede una singularidad de este tipo llegar a definirnos, marcar nuestra identidad? ¿El ruido es un problema que los personajes deben intentar solucionar o una particularidad de su personalidad que deben abrazar? La serie aborda un debate abierto en colectivos reales como el de las personas con sordera que se asimilan más a una minoría lingüística y cultural que a un grupo marcado por una discapacidad. De paso, también muestra la facilidad con la que un grupo de apoyo mutuo de tendencias autárquicas puede derivar en comportamientos sectarios y por qué es tan fácil, sin embargo, sentirse parte de él cuando nadie más te entiende.

Extraordinaria, Rebecca Hall

Aunque se basa en eventos reales (sólo hay que buscar ruido atmosférico en Wikipedia), The listeners no busca dar respuestas al origen del ruido que oyen los protagonistas sino profundizar en el conflicto que supone sentirse de repente extraña cuando tu vida era de lo más normal, y explorar las reacciones sociales que esto conlleva. Pese a que la resolución de algún arco narrativo resulte tan atropellada como frustrante, se agradece una serie con un punto más atrevido en cuanto a la concepción estética, que además sabe dar el espacio que merece a una actriz extraordinaria como Rebecca Hall.