Los secretos de 'Els Soprano', desvelados por David Chase y su equipo
25 años después de su estreno, una miniserie documental pone al creador de la ficción en el diván
- Alex Gibney para HBO
- En emisión a Max
Todo comienza con la madre. En Wise guy: Los Soprano por David Chase, el creador de la serie que cambió la ficción televisiva para siempre, explica cómo el punto de partida de todo ello fue la relación conflictiva con su progenitora, una mujer dominante de la que él huyó a lo largo de su vida. Este vínculo maternofilial también le condujo a realizar terapia. Y de ahí el esbozo dramático de lo que primero fue un guión cinematográfico para después convertirse en un planteamiento de piloto televisivo. David Chase explica esto y más a Alex Gibney, el prestigioso documentalista tras títulos como Gonzo: Vida y obra del dr. Hunter S. Thompson (2008), La mentira de Lance Armstrong (2013) o Citizen K (2019), en un escenario que replica la consulta de la doctora Melfi (Lorraine Bracco). El contexto adecuado para que Chase desvele los secretos deLos Soprano.
A finales de los años noventa, al escritor no le resultó fácil vender una serie con un punto de partida tan absurdo como el de un mafioso que sufre un ataque de pánico tras encontrarse unos patos en la piscina de casa. Tras llamar a varias puertas, Chase finalmente aterriza en HBO, que entonces era todo lo contrario de una productora de culto. El creador explica qué le pidió la cadena para aceptar al piloto: incluir un asesinato. Y así se establecen dos de los rasgos identificativos de la serie y de toda la nueva ficción a partir de entonces: la violencia explícita, impensable en las series de televisión en abierto, y el protagonismo de personajes con una esquina oscura. El primer episodio de Wise guy combina los recuerdos de Chase con imágenes de archivo de su infancia en Nueva Jersey. Se notaba que Los Soprano tenía detrás a un creador más cercano al autor cinematográfico que al realizador televisivo. Y aquí se sigue la formación cinéfila del protagonista, muy cercana a la de los directores del Nuevo Hollywood. La serie recupera imágenes poco vistas de su película de final de carrera. "Nos creíamos Godard, pero estábamos muy lejos", ironiza el creador al respecto. Y también podemos ver escenas de las primeras películas de serie Z en las que participó.
La docuserie toma fuerza cuando invita a la conversación a parte del equipo técnico y artístico deLos Soprano. Las remembranzas de Chase se complementan con las aportaciones de guionistas, productores e intérpretes como Bracco, Michael Imperioli, Edie Falco, Steven Van Zandt o Drea de Matteo. La recuperación de las imágenes de archivo de las audiciones para los distintos papeles es uno de los momentos álgidos de la serie. Así nos enteramos de cómo costó conseguir la actriz adecuada para hacer de Livia, la madre que inspiró todo, un papel que recayó en Nancy Marchand (la propietaria del diario de Lou Grant).
Lejos de los documentales de tributo donde todo son elogios, aquí no hay miedo a dar voz a perspectivas discordantes con la figura de autoridad que representaba Chase, sobre todo en la sala de guionistas, para ofrecer una reflexión sobre los límites del poder del autor en estas producciones. La segunda parte se torna oscura y emotiva cuando recuerda James Gandolfini. Aquí los testigos son también francos a la hora de explicar las problemáticas del actor y la relación complicada que acabó estableciendo con una serie cuyo éxito le supuso, paradójicamente, una condena. Y, claro, Gibney y Chase acaban discutiendo uno de los finales más comentados y polémicos de la historia de la televisión, otorgando a Wise guy una clausura de lo más coherente.