En 2023, cuando Àngel Llàcer estrenó The Producers, se vio inmerso en una polémica debido a que sus musicales de gran formato fueran en castellano por una cuestión de captación de público y rentabilidad económica. El actor se defendió recordando todos los trabajos y producciones que hacía en catalán. Su nuevo programa en TV3 puede parecer una reivindicación de catalanidad dirigida a todos aquellos que se atrevieron a cuestionar la suya. Sin embargo, sus anteriores formatos en la cadena, como El llop y La Puntual, siempre han valorado la cultura del país y han tenido en cuenta la función pública del medio. Soc i seré mantiene este espíritu. En este concurso, cien participantes compiten para demostrar cuál de ellos es el que más conoce Catalunya. El juego promueve el espíritu colaborativo por equipos, pero, a la vez, no tiene piedad con los errores a la hora de despedir a participantes: en dos programas ya se han cargado a setenta y cinco. Por ahora, sobreviven veinticinco que, en las próximas cuatro semanas, seguirán enfrentándose a múltiples retos en los que deben demostrar sus conocimientos y habilidades en pruebas musicales, culinarias o de geografía, lengua o estrategia. Soc i seré da visibilidad a las tradiciones que tantas veces se han despreciado en los medios, hace divulgación cultural e histórica y lo adapta con naturalidad al entretenimiento.
El formato es irregular. Los preliminares de algunas pruebas se alargan demasiado y los juegos que mejor funcionan son los que permiten la participación del público desde casa.
El programa se desarrolla en el castillo de Hostalric, con unas vistas que muestran el esplendor del paisaje. La localización pretende aportar esa dosis extra de patriotismo territorial. A veces, esto juega a favor de la narrativa y otras, dado que el espacio no es óptimo para un programa de televisión, resulta algo claustrofóbico y poco agradecido visualmente. Llàcer, con su declamación épica, da a conocer a los concursantes y anuncia las dinámicas. Lo acompañan Júlia Bonjoch como copresentadora y Alba Segarra proporcionando contexto cultural e histórico de cada etapa. El guion está lleno de citas de personajes ilustres, frases hechas y refranes; el decorado incorpora visualmente las celebridades más emblemáticas del país, los rótulos de la pantalla incluyen poblaciones y comarcas de los concursantes e incluso los nombres de los equipos utilizan expresiones y referentes de nuestro país. Soc i seré es un show desacomplejadamente catalán. En la segunda edición, de debajo de la falda de un gigante apareció Espartac Peran levantando el Diccionari de la Llengua Catalana del Institut d'Estudis Catalans para anunciar una prueba de lengua. El día del estreno, la competición de canto coral entre El cant de la senyera y el Virolai acabó haciendo llorar al presentador y a buena parte de los intérpretes, emocionados por la espiritualidad del momento en plena puesta de sol. Todos los detalles subrayan elementos de catalanidad hasta niveles tan concentrados y superlativos que ni una parodia del Polònia conseguiría esa redundancia embriagadora.
