Sir David Attenborough abre su documental Ocean con una sentencia: "Después de casi un siglo en este planeta, ahora entiendo que el sitio más importante no es la tierra sino el mar". Lo dice desde la arena de una playa del océano Atlántico y, con su capacidad para hacerse escuchar, nos habla de los misterios que históricamente han rodeado siempre el fondo marino. "Vivimos en la era de los mayores descubrimientos oceánicos. Para muchos de nosotros, el mundo marino sigue siendo oscuro, temido y peligroso, lejos de nuestra vista y, sin lugar a dudas, más allá de nuestra imaginación", dice Attenborough, que nos recuerda que el ser humano ha explorado más los otros planetas que el fondo del océano.
El divulgador británico, con una trayectoria de más de setenta años en la BBC (aunque teóricamente se jubiló a finales de los noventa), sigue trabajando por la defensa del medio ambiente a través de nuevos documentales vinculados a National Geographic. Ocean with David Attenborough lo encontraréis en la plataforma Disney+. Una hora y media de documental que tendrá sobre vosotros un poder hipnótico y relajante. En la era de la inteligencia artificial, en la que dudamos de todas las imágenes que nos parecen fascinantes, Ocean nos transporta a un mundo real que podríamos creer que es virtual. El naturalista pone la lupa y el microscopio en las montañas submarinas y descubrimos los ojos de bichos sorprendentes. Toda una geografía llena de bosques, prados y selvas sumergidos con los que estamos más interconectados de lo que pensamos. Si tenéis niños, colocadlos delante de la pantalla, porque quedarán atrapados por las imágenes. La música, como es habitual en los majestuosos documentales de Attenborough, desempeña un papel determinante para acentuar las emociones de todo lo que vemos: el miedo, el suspense, la acción, el peligro, la alegría, la calma, la tensión... Ocean se convierte en un filme que nos estimula sensorialmente, con un tratamiento de la imagen espectacular. El veterano narrador utiliza su larga trayectoria para contarnos las transformaciones del planeta y los retos del cambio climático. Lo hace desde una mirada alarmante pero no catastrofista. Attenborough siempre transmite una brecha de esperanza final y deposita la responsabilidad en el ser humano. Y nos da una buena noticia: la capacidad que tienen los océanos para recuperarse más rápido de lo que pensamos si somos sensibles a sus necesidades. Su misión es concienciarnos del punto en el que nos encontramos, no a través de teorías abstractas sino a partir de maravillarnos y descubrirnos un mundo que ignoramos pero resulta esencial. El guion nos permite comprender cómo nuestra vida depende de todo lo que ocurre en el agua. Bautiza a los océanos como "la última gran frontera". Aprovechad esta ventana privilegiada a un mundo inalcanzable, porque cuando acabe el documental no veréis la Tierra de la misma manera.
