La última de la 'caverna': Cataluña, tierra de infartos

16/06/2025
Jefe de Media
2 min

Me ha dado un salto al corazón, y les juro que no me conviene, al leer el titular de La Razón que dice "Vivir en Catalunya, un factor de riesgo cardiovascular porque no se prescriben los fármacos". Como persona que tiene una cardiopatía y que hace un segundo desayuno de seis pastillas cada día –habían sido ocho– no he podido exclamarme: ¡concho, suerte que no recetan medicinas! El tema, en realidad, es interesante: diversas fuentes médicas pertinentes explican que los criterios a la hora de decidir planes de medicación son más estrictos aquí que en otras comunidades, de lo que se deriva una limitación de los cardiólogos catalanes a la hora de diseñar tratamientos más personalizados.

Un desfibrilador

Pero el artículo se va por el agujero del fregadero por culpa de un titular sensacionalista, que solo busca esparcir colesterol del malo sobre las sufridas arterias de la marca Catalunya. En ninguna parte justifica o dimensiona el posible riesgo de que se habla. Y tampoco se incluye ni una triste fuente para que quienes han instaurado estos criterios puedan explicar su sentido. Es decir, ni sabemos el porqué de la política diferenciada, ni se nos da ninguna herramienta para evaluar sus resultados. De hecho, según leo en una noticia del 2020 en la web de la Fundación Española del Corazón, Catalunya está por debajo de la media en mortalidad cardiovascular. Andalucía, Canarias, Murcia, Comunidad Valenciana, Extremadura, Asturias, Baleares, La Rioja, Galicia, Aragón y Castilla-La Mancha registraban más muertos por 100.000 habitantes por infarto agudo de miocardio que nuestro rincón de la piel de toro. Pero no me consta que La Razón haya hecho noticia de portada de estas comunidades. Suerte tengo, de la amlodipina, que me mantiene la tensión arterial por el suelo y puedo leer así el material necesario para escribir esta columna sin ponerme cardíaco.

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