Veinte años de 'Ventdelplà', el serial que asaltó el 'prime time' de TV3
La serie, ambientada en Breda, fue un gran éxito de audiencia
BarcelonaEste viernes hará veinte años que se estrenó uno de los seriales más icónicos –y al mismo tiempo, más singulares– de TV3. Ventdelplà llegó un 14 de febrero del 2005 con una apuesta arriesgada: tomar una ficción del estilo de los seriales de sobremesa que tan bien habían funcionado, como Poblenou, Niza de Poder y El corazón de la ciudad, y llevarla al prime time televisivo. Para acabar de extrañarlo, no se emitiría cada día pero tampoco sería semanal: los episodios de aquella primera temporada llegaban el lunes y el martes.
La historia venía firmada por Josep Maria Benet i Jornet y tenía un arranque inequívocamente dramático: Teresa era una médico a la que el marido maltrataba psicológicamente. Hasta que un día recibe una bofetada y decide huir de Barcelona con sus dos hijos para tratar de rehacer su vida en un pueblo. Era una de las primeras veces que la ficción televisiva en Catalunya abordaba este tema, tal y como recuerda Jaume Banacolocha, productor de Diagonal, responsable de la serie: "Además, no era una mujer desvalida, como marcaba el tópico de la época, sino una profesional con educación y dinero".
Tras las tramas estaba el genio de Josep Maria Benet i Jornet, que entrevistó a varios psicólogos y psiquiatras para documentarse sobre cómo funcionaban las relaciones abusivas. Ventdelplà contó con un equipo de lujo frente a las cámaras: Emma Vilarasau, Jordi Boixaderas, Marc Cartes, Eduard Farelo, Ramón Madaula, Anna Barrachina, Georgina Latre, Mar Ulldemolins, Jordi Banacolocha, Imma Colomer, Pablo Derqui... y un largo etcétera que combinaba elstar system televisivo catalán con nuevos nombres que pronto harían fortuna, como Carlos Cuevas y Úrsula Corberó, que entonces eran todavía adolescentes.
El hecho de tener que hacer sólo dos episodios semanales, aunque fueran de una hora, permitió rodar con menos frenesí que en el serial de los mediodías y, sobre todo, filmar más en exteriores. El municipio selvatano de Breda fue el escenario natural para la serie y el equipo de filmación todavía guarda un buen recuerdo de la relación que se estableció. Cuando Ventdelplà bajó la persiana, después de siete temporadas, el actor Pep Cruz tuvo una idea: él se había fijado en que la campana del pueblo sonaba escarpada y roma. Como regalo de despedida, en la fiesta de cierre definitivo de rodaje, la productora ofreció una campana nueva en el Ayuntamiento. Se llamaba Ventdelplà y todavía suena. "Recuerdo que había dos restaurantes en el pueblo –explica Banacolocha–, y siempre tratábamos de repartir las comidas de la semana, para asegurarnos de que ambos tuvieran trabajo".
Las audiencias de la serie fueron espectaculares. Cabe recordar que la TDT apenas empezaba a caminar en España, por lo que las audiencias no se habían fragmentado tanto como en la actualidad (y las plataformas aún estaban por llegar). TV3 mantenía una posición de dominio y la primera temporada del serial se encaramó hasta el 25,4% de cuota de pantalla, ya que cada episodio le seguían de media 742.000 espectadores. En la segunda temporada llegó hasta el 26,7% de cuota y, a partir de ahí, sí experimentó un declive lento que, sin embargo, la mantenía por encima de un 20% que hoy cualquier programador televisivo firmaría. Eso sí, la séptima temporada fue la del bache: un 16,3% seguían siendo buenos datos, pero la cadena consideró que era hora de dar la oportunidad a nuevos títulos.
Sin continuidad
Nunca ha habido ningún intento de revivir la serie, en estos tiempos de reboots y remakes, pero en su momento sí hubo una derivada gallega: la televisión autonómica TVG le encargó a Diagonal Valderrei, una serie que seguía el mismo planteamiento, adaptado a la realidad de allí. Y una curiosidad: Ventdelplà pudo verse en Bulgaria, emitida por lo que las voces originales en catalán aún se podían oír por debajo de los diálogos doblados.
Cuando se le pregunta si hoy podría concebirse una serie similar a TV3, Banacolocha explica que la ficción en el canal sigue el ciclo de determinadas modas. "Ahora, por ejemplo, muestran más interés por las series juveniles, por captar a este público. O hacen thrillers, o series como Citas: Barcelona, que está muy bien. Quizás sí que el costumbrismo ha pasado de moda, pero al final todo vuelve", dice el productor, al que Disney+ le encargó la serie diaria Regreso a las Sabinas, estrenada en octubre.