Lluvias extremas como las de la dana en Valencia podrían repetirse cada 47 años (y no cada 500 como se pensaba)
Un nuevo estudio de la UPC reduce la frecuencia prevista de las lluvias torrenciales e insta a revisar el planeamiento urbanístico
BarcelonaLas lluvias torrenciales y extremas que arrasaron hace un año el País Valenciano podrían repetirse mucho más a menudo de lo previsto hasta ahora: cada 47 años, y no cada 500 como se pensaba. Así lo concluye un estudio del Centro de Política de Suelo y Valoraciones (CPSV) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), que se ha hecho público coincidiendo con el primer aniversario de la trágica dana.
Liderado por los profesores Blanca Arellano y Josep Roca, el estudio se basa en análisis a partir de datos de 350 estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desde 1950 hasta 2024. Y ha determinado que los más de 700 l/m² acumulados en 2 Valenciano "no fueron un fenómeno excepcional único", sino que se trató de un evento con una "probabilidad significativa" de repetirse.
"El periodo de retorno de las precipitaciones del 29 de octubre de 2024 no se acerca en nada a las previsiones iniciales de la Aemet, sino que se reducen a 47 años", sentencia el estudio. Las cifras indican que cada 500 años puede haber episodios aún más extremos, en los que se acumulen más de 1.600 l/m² en tan sólo 24 horas. "Los estudios de inundación deberían ajustarse a esta predicción", concluye el informe.
Los datos también indican que cada dos o tres años puede haber lluvias torrenciales y que cada diez años se pueden producir precipitaciones por encima de los 400 l/m² en un día. Para elaborar el estudio, el equipo del CPSV ha cartografiado el alcance de las precipitaciones y ha modelado la inundación del 29 de octubre del pasado año. También ha analizado las causas de las precipitaciones extremas producidas en la Comunidad Valenciana.
Revisar la planificación urbanística
El estudio afirma que uno de los factores clave para entender el alcance de la tragedia de hace un año fue el uso "inadecuado" del suelo y la "alta densidad urbana" en zonas inundables, resultado de una planificación urbanística que "ha ignorado" los mapas de riesgo de inundación y los estudios oficiales sobre peligrosidad.
En este sentido, los investigadores reclaman una "actualización urgente" de los estudios de riesgo de precipitaciones y de los planes urbanísticos. También proponen revisar los mapas de peligrosidad de inundación, incorporando nuevas series de datos y escenarios de cambio climático, así como "prohibir" la urbanización de nueva planta en zonas inundables. Además, recalcan que deben adaptarse los parques residenciales ya edificados en zonas inundables.
El informe también destaca algunos otros factores que explican el alcance de la catástrofe de aquella dana. Uno es el "desbordamiento" de las previsiones de zonas inundables establecidas en la cartografía oficial: afirman que la inundación de Valencia "excedió la huella inundable" prevista. También que las lluvias impactaron en una zona donde "nunca se habían registrado "precipitaciones de esta magnitud. El estudio acaba apuntando también a la crisis climática y recordando que el calentamiento del agua del mar y el incremento del vapor de agua acumulado en la atmósfera aumentan el riesgo de lluvias extremas en otoño.