El pantano de la Baells frota el lleno y empieza a vaciar agua
Hacía cuatro años que este gran embalse no debía liberar agua, lo que augura el fin de la sequía


BarcelonaEl embalse de la Baells frota el pleno y ha empezado a vaciar agua este lunes por la mañana. El pantano berguedá –uno de los mayores de las cuencas internas– ha vivido en menos de veinte días una subida espectacular de 40 puntos gracias a las lluvias abundantes de marzo y supera ya el 95%. Según explicaron fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) al ARA, no se abrieron las compuertas, sino que se incrementó el caudal de salida de agua, que pasó de los 0,6 a los 7,5 metros cúbicos (m³) por segundo. Un escenario impensable hace sólo un año, cuando nos encontrábamos en el peor momento de la sequía histórica y Baells tocó fondo, hasta unas reservas que no llegaban al 19%.
Según el ACA, este ritmo bajo de vaciado se mantendrá de forma constante hasta nuevo aviso. Se tomarán nuevas decisiones a medida que se vaya observando la evolución del nivel del embalse, que sigue subiendo sin freno. El río Llobregat mantiene un caudal elevado y aporta mucha agua a la Baells desde la cabecera. Además, hay mucha nieve en las cotas altas del Pirineo, que será una gran reserva de agua a medida que avance el deshielo.
El año 2021 fue la última vez que la Baells incrementó el caudal de salida para vaciar el nivel del embalse con unos valores similares a los actuales. Pero la última vez que se hizo una gran apertura de compuertas fue hace más de cinco años, después del temporal Gloria de enero del 2020. Unos datos que remarcan la importancia de la medida tomada hoy, que augura un final inminente de la larga sequía.
El final de la sequía, más cerca
Las lluvias de marzo han sido muy abundantes, y por encima de la media en muchos casos. Las precipitaciones han hecho diana en las principales cabeceras de las cuencas internas, donde desde principios de mes ya se han acumulado más de 250 o 300 l/m². Ha llegado mucha agua de repente a los embalses, que en conjunto ya superan el 57%. Un ascenso extraordinario de más de 25 puntos en menos de veinte días, y nada que ver con el fatídico 14,41% de principios del pasado marzo.
Éste ha sido un golpe muy importante en la sequía, que parece que, ahora sí, se encamina hacia su final. Todavía queda toda la primavera por pasar, cuyas previsiones a largo plazo auguran más lluvias. Los ríos mantienen un buen caudal, el terreno está empapado y el Pirineo sigue cargado de nieve, con más de un metro acumulado en las cotas más altas.
Las reservas continuarán subiendo en los próximos días, con agua a raudales. ¿Pero qué nivel deberíamos tener para considerar que la primavera por fin ha normalizado la situación hídrica en Cataluña? Pues para ir bien y afrontar el verano con garantías, deberíamos plantarnos a mediados de junio con los embalses al 75%. Ésta es la cifra que suelen dejar las lluvias primaverales. Venimos muy abajo, pero este año parece que este objetivo es factible.
Más allá de la Baells, también destaca el pantano de Sau, que ha pasado del 7% a principios de marzo al 55% actual. Esto ha hecho que este fin de semana la iglesia de Sant Romà de Sau ya haya quedado sumergida bajo el agua, con sólo el campanario en el exterior. Una imagen que llevaba mucho tiempo sin verse. Por lo general, todos los embalses han mejorado claramente sus niveles.
¿Volverán a manar las fuentes o duchas de las playas?
Pese a la clara mejora de los embalses y la salida de la emergencia, el Govern se mantiene prudente y muchos municipios todavía se encuentran en alerta o excepcionalidad por sequía. Sin embargo, según el protocolo en la mayoría de municipios, incluidos los del área de Barcelona, podrían estar ya en prealerta, fase en la que el semáforo de la sequía vuelve a estar de color verde. A partir del 60% de reservas se considera un escenario de normalidad. Por tanto, y teniendo en cuenta que los embalses ya rozan esta cifra, estamos a las puertas de dejar atrás la mayoría de las restricciones que todavía quedan.
Durante gran parte de esta sequía, a pesar de ser histórica, en la mayoría de los municipios no se han aplicado medidas más restrictivas en cuanto al consumo de agua de boca. Esto ha sido gracias a que la mitad del agua que consumimos se ha cubierto con agua desalinizada o regenerada. Ahora estamos a puertas de normalizar la situación más de tres años después. ¿Qué notaremos cuando el Gobierno levante las restricciones que quedan?
Por ejemplo, veremos que volverá a haber agua en fuentes ornamentales o lagos urbanos artificiales. También se volverán a encender las duchas de las playas y podrán volver a llenarse piscinas privadas. Además, se podrán regar parques y jardines y limpiar las calles con mangueras de agua. También se terminarán las restricciones que quedan en el riego agrícola o la industria, o el límite de 250 l/m² de consumo máximo diario por habitante. Ha empezado la cuenta atrás para que todo esto sea una realidad.