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15 años de Manel, el grupo que estábamos esperando

Ésta es la historia de 'Els millors professors europeus', el disco que cambió la escena musical del país

Los Manel en una imagen promocional de su primer disco.
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El grupo revelación de 2008. Una revelación y, de paso, un terremoto en nuestra música. Se cumplen 15 años de la aparición del disco de debut de Manel, Els millors professors europeus, un álbum que sacudió una escena en crecimiento y la expandió por cada rincón del país. La perspectiva histórica ha situado aquella primera colección de canciones en lo alto de los grandes trabajos de la música catalana. Mira en la cara del Dioptria, Nit de Sant Joan o Alegria. En esta liga juega un disco fascinante e hijo de un tiempo en el que apenas se imaginaban los efectos de la devastadora crisis económica del 2008. Aquello fue, casualidades de la vida, pan y circo: mientras se derrumbaban algunos de los pilares de la sociedad, se intuía el mejor equipo de fútbol de siempre y una banda de cuatro chicos de la ciudad hacían el álbum pop en catalán más transversal, inspirador y adictivo de ese siglo.

Guillem Gisbert, Martí Maymó, Roger Padilla y Arnau Vallvé, los cuatro Manel, se conocieron en la escuela pública Costa y Llobera de Barcelona. Nacidos entre 1981 y 1985, su historia, sencilla y discreta, es como la de tantos otros grupos desde que el pop es pop: eran amigos y decidieron dar un lado. Desde el amateurismo más absoluto se autoeditaron una maqueta y la presentaron en el Sona 9, concurso de música emergente en catalán. En este marco se vería su estreno sobre el escenario, en Tàrrega el 21 de julio del 2007. Es un concierto histórico, pero nadie de entre la cincuentena de asistentes podía imaginar lo que iba a llegar.

En el instante que Manel empieza a asomarse, la escena pop en catalán crecía medidamente. Los Antònia Font tenían cierto poder de convocatoria y había una serie de bandas cercanas, como Mishima, Mazoni, Sanjosex o Pau Vallvé, que iban ganando audiencia. Todas se encontraban en el festival PopArb, en Arbúcies, que especialmente entre 2005 y 2010 fue una especie de estado de la cuestión en cuanto a indie-pop en nuestra lengua. "Estábamos en un momento en el que todavía se arrastraba la etiqueta del rock catalán. Se estaba haciendo una especie de transición que ha desembocado donde estamos ahora", recuerda el crítico musical Albert Puig. Es entonces cuando la maqueta de los Manel, que contenía Nit freda per ser abril, Dona estrangera, En la que Bernat se't troba, Ceràmiques Guzmán i Plan quinquenal, se esparció como una mancha de aceite.

Fotografía promocional del videoclip 'Mujer extranjera', estrenado hace 15 años como previa de 'Los mejores profesores europeos', primer disco de Manel publicado en noviembre de 2008.

Aunque no formaron parte de la generación Myspace propiamente dicha, la viralidad de sus primeros temas fue similar. Visto con perspectiva, son uno de los últimos fenómenos boca a boca fuera de las redes sociales. De repente, aquellas canciones eran tema de conversación de la escena. Desde una esencia pop recogían la tradición antihéroe indie y la transportaban a la cotidianidad de la Barcelona de 2008 con una naturalidad desarmante. Los Manel no ganaron al Sona 9, pero empezaron a fundamentar una base de seguidores que se llenaba a buen ritmo y se sabía la maqueta de pies a cabeza. Paralelamente, los conciertos se iban multiplicando –algunos míticos, como el que ofrecieron en el patio de la Universidad de Barcelona– y crecía la expectación que desembocaría en su primer disco. Ni ellos sospechaban entonces, como cantarían años después, la cantidad de gente que les estaba esperando.

Un disco para la historia

Y finalmente se publicó Els millors professors europeus, que vio la luz el 11 de noviembre de 2008 con la discográfica Discmedi. Venía presentado con una ilustración de Roger Padilla que centraba cuatro sillas vacías bajo un fondo marrón, cada una de un color, de un diseño y un estilo diferente, simbolizando las cuatro personalidades que formaban el grupo. El título del álbum se extrae de Pla quinquenal, una de las canciones que ya aparecía en la maqueta.

Portada del disco 'Los mejores profesores europeos'.

La grabación se realizaron en unos estudios del barrio de Sant Martí y la producción y arreglos corrieron a cargo del mismo grupo. Participaron amigos y familiares corriendo, y varios músicos con instrumentos de viento. Uno de ellos fue Joan Palacio, que tocó el trombón y que previamente no sabía ni que existían. “Nos conocíamos con Martí y me pidió si podía tocar en un disco de un grupo que tenía con unos amigos”, recuerda Palacio, quien participó en cuatro canciones: “La más difícil de grabar fue Al mar. La melodía que tararean en los conciertos es muy fácil de cantar, pero te aseguro que costó sacar”.

El álbum es un tratado de música pop que mira de reojo la canción de autor, con acatamiento, pero siempre con la esencia de la música del momento. Sonaba en el presente y no en pasado. Es deudor de Sisa, Pau Riba y Bob Dylan y, a la vez, de Herman Dune, de Magnetic Fields o del primer disco de Beirut. Un maridaje de tradición y modernidad que ponía en el centro las historias sencillas de lo cotidiano, una forma de escribir muy narrativa que conectó inmediatamente con el público. “Cuando aparecieron Manel me di cuenta de que funcionaban tan bien, entre otras cosas, porque en su música se contaban historias”, diría Joan Miquel Oliver años después.

En aquellas doce canciones, el costumbrismo se vestía de gala, se mostraba hermoso, pero sin ambición alguna, ni la impostura de querer parecer algo que no se es. "Hicieron dos hits que entraron rapidísimo a todo el mundo", recuerda Albert Puig. Se refiere a Al mar y en Ai Dolores, pero contenía otras piezas memorables que hoy en día forman parte del imaginario popular, como Pla quinquenal, Captatio benevolentiae, Els guapos són els raros o Dona estrangera, escogido como primer sencillo del disco. Además, se cerraba con Corrandes de una parella estable, que se convirtió en un fenómeno en directo.

Aparte de tener himnos intergeneracionales, la otra pata del éxito fue la concepción que tenían del directo. "El grupo se relacionaba con su público de una manera especial, le hacían partícipe: todo el mundo parecía feliz", recuerda Artur Estrada, entonces programador del Heliogàbal, la sala en la que se presentó oficialmente el disco. Fue pocos días después de su publicación, y con tanta demanda tuvieron que ampliar las fechas a tres noches seguidas. "Pusimos las entradas a la venta en la barra del bar dentro de unas cajas de puros cuadradas del estanco de mis abuelos –recuerda Estrada–. Se vendieron bastante deprisa y decidimos hacer una tercera. Hasta ese momento no lo habíamos hecho nunca".

Por extraño que parezca, sería una de las últimas oportunidades de ver a Manel de tan cerca. Pocos días después ya alquilaban una furgoneta para actuar por primera vez en Madrid, bajo el paraguas del Primavera Sound. "Una de las claves del éxito del grupo ha sido saberse rodear de gente muy competente. De ahí que su apuesta por ir a tocar al resto del Estado fue ganadora", recuerda Albert Puig.

El triunfo d'Els millors professors europeus fue inmediato y abrumador. En prácticamente 13 meses pasaron de ser un grupo sin disco a ser cabezas de cartel del PopArb y el Faraday (los dos festivales indias de referencia), tocar en el escenario principal de la Mercè, agotar las localidades en el Apolo, realizar conciertos en Glasgow, Londres, Manchester, Brigthon y Buenos Aires y completar 87 shows en todo el territorio. La fiebre por el grupo era absoluta, nunca vista antes en un grupo de pop de raíz independiente en catalán. En verano participaron en el festival que organizaba el Heliogàbal durante las Fiestas de Gràcia en la plaza Rovira. ¿Resultado?, un pleno histórico: "Había gente incluso sobre el techo del quiosco de la plaza", recuerda Estrada, hoy uno de los programadores del festival BAM.

Punto y aparte merece el cierre de la gira, dos conciertos celebrados el 15 y 18 de enero de 2010 en el Palau de la Música y considerados prácticamente como un evento nacional, grabado por TV3. "Aquello fue el colmo. Al día siguiente salió una foto en el diario a doble página y se me veía a mí tocando en la esquina del Guardiola", recuerda Joan Domingo entre sonrisas. Eran el grupo del momento, el preferido del mejor entrenador de fútbol del mundo, aparecían en el Polònia, sus miembros eran tertulianos en la radio y los buscaba absolutamente todo el mundo.

A principios de 2010, Manel ya eran el grupo más importante del país. Gustaban a gente de todas las edades, muchos de ellos desconectados de la actualidad musical. Los reclamaban fuera de nuestras fronteras y el disco pasaba con naturalidad de padres a hijos. Es algo que, con tan poco tiempo, no había pasado hasta entonces, ni ha vuelto a ocurrir después en la música catalana.

La calma después de la tormenta

Los Manel han estado en activo hasta hace pocos meses, cuando anunciaron un paro indefinido, que no definitivo, de su actividad. Durante estos 15 años han grabado cinco discos y se han mantenido como uno de los grupos más masivos, influyentes y sobre todo queridos de los Països Catalans.

Después de Els millors professors europeus el grupo siguió publicando grandes canciones, pero algunas cosas cambiaron: Guillem Gisbert dejó de tocar el ukelele, tan característico de sus inicios, y la propuesta artística mutó a cada álbum que publicaban. “Son una banda que ha arriesgado de forma muy bestia. Se podría haber quedado haciendo más o menos lo mismo, pero han preferido sorprendernos en cada disco”, explica Albert Puig.

El grupo Manel en un concierto en el Poble Espanyol en 2019.

En este sentido, su éxito, mantenido en el tiempo, ha llegado a nuevos seguidores y generaciones. Bandas actuales como Ginestà o La Ludwig Band no se entenderían sin ese primer disco, y el poso de su obra total en el pop nacional es incalculable. “A mí el primer disco de Manel me coge demasiado pequeña, con nueve años, pero Atletas, baixin de l'escenari [del 2013] es un trabajo que influye mucho en mi música”, explica la cantante Maria Jaume.

Ahora mismo los Manel mantienen activa su discográfica, Ceràmiques Guzmán, con la que acaban de publicar el nuevo disco, precisamente, de La Ludwig Band, ya principios del año 2024 se encargarán del debut en solitario de Guillem Gisbert.

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