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Adiós al coloso de las carrocerías de autobuses

Adeu al coloso de las Carrocerías de autobuses “Noge sufrió mucho por culpa del componente psicológico de la crisis económica -reflexiona Josep Serra, del sindicato de industria de CCOO de Girona-. Todo el mundo se asustó y los pedidos estatales se detuvieron”. El no haberse internacionalizado hizo que Noge sufriera más que las otras carroceras históricas.
Marc Amat
24/03/2019
2 min

Antes de responder, Josep Serra infla los pulmones hasta que no puede más y expulsa el aire con un sonoro suspiro. “¿Cómo se lo quitaron los trabajadores?”, repite pensativo, incómodo y con un punto de rabia en la voz. El secretario general del sindicato de industria de Comisiones Obreras de Girona medita cada una de las palabras que pronuncia. Finalmente, lo suelta: “Realmente, la plantilla estaba muy indignada”, explica segundos antes de admitir que éstos han sido las palabras “más finas” que ha podido encontrar para describir la situación.

El 23 de enero de 2013 los nervios recorrieron de punta a punta el valle que separa el Montseny de les Guilleries, en la Selva. En el pequeño pueblo de Arbúcies, Noge, una de sus carroceras históricas especializadas en chasis de autobuses, acababa de anunciar que plegaba velas. “Nos lo encontramos de un día para otro –explica Serra–. La empresa no nos había informado de ninguna de las medidas que quería llevar a cabo”, se queja. Se habla poco, pero en Arbúcies se concentra uno de los clusters carroceros más importantes de España, con empresas como Indcar, Ayats o Beulas. Son compañías que trabajan para gigantes como Fiat o Volkswagen y que, con el paso de los años, han ido generando un ecosistema empresarial con cerca de 40 negocios dependientes. De hecho, la industria carrocera es la piedra angular de la economía arbuciense. Por eso el cierre de Noge hizo saltar todas las alarmas.

La empresa hacía tiempo que arrastraba números rojos. Con la crisis, los pedidos se detuvieron y las carroceras de Arbúcies empezaron a sufrir. Noge fue una de las que lo pasaron peor. Pese a haber nacido en 1964 y haber llegado a tener hasta 200 trabajadores, nunca había dado el paso de internacionalizarse. “Con la crisis todo el mundo se acojonó y los pedidos dejaron de llegar”, explica Serra. La bajada de encargos hizo que la carrocera empezara a prescindir de personal. En 2009 la empresa presentó un ERE temporal por los 119 trabajadores que tenía. No hubo mejora alguna. En marzo del 2010 Noge presentó concurso de acreedores, despidió a otros 30 trabajadores y diseñó un plan para secar el pasivo. Al año, llegó a un acuerdo para que los proveedores avalaran el plan y el juzgado mercantil les levantó el concurso.

Pero la economía mejoró, y en enero de 2013 la situación volvía a ser crítica. Entonces Noge decidió presentar la liquidación y aplicar un ERE de extinción definitivo. Con una deuda de 27 millones de euros, según los sindicatos, dejó sin trabajo a 93 trabajadores. "Además, la empresa dejó a los trabajadores tres meses sin cobrar ni poder pedir el paro: fue dramático", recuerda Serra.

Finalmente Noge encontró comprador, Sartruck, pero hubo polémica. Jordi Calí, presidente del comité de Noge, dijo a los medios de comunicación que estaban decepcionados porque detrás de esa empresa estaban los mismos propietarios de Noge, que con este movimiento podrían recuperar la empresa neta de deudas. Nogebus, la marca comercial de Sartruck, ha declinado realizar declaraciones. En 2017 movió 15 millones.

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La lección

“Noge sufrió mucho por culpa del componente psicológico de la crisis económica -reflexiona Josep Serra, del sindicato de industria de CCOO de Girona-. Todo el mundo se asustó y los pedidos estatales se detuvieron”. El no haberse internacionalizado hizo que Noge sufriera más que las otras carroceras históricas.

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