'EPIC FAILS'

El adiós de SEPU, los primeros 'todo a cien' de Barcelona

Marc Amat
3 min
El adiós de SEPU, Los primeros 'todo a cien' de Barcelona “Los negocios deben saber evolucionar al ritmo de la sociedad y ofrecer siempre lo que pide el mercado -reflexiona Neus Soler, profesora de marketing en la UOC-. Cierto es que SEPU nació bajo un concepto nuevo pero no supo avanzar hacia los deseos del cliente: un precio bajo pero con un diseño atractivo y moderno”, dice.

Si es de Barcelona, ​​tiene más de 40 años y hace memoria, seguro que recordará uno de los eslóganes más famosos en la ciudad durante buena parte del siglo pasado: “Quien calcula compra en SEPU”. Desde los 50, esa frase ocupó páginas de diario, anuncios de televisión y cuñas radiofónicas. El bombardeo mediático duró décadas. De hecho, fueron pocos los barceloneses que nunca pisaron el mítico SEPU de la Rambla. Era uno de los tres locales insignia que la Sociedad Española de Precios Únicos (SEPU) -considerada la primera cadena de grandes almacenes de España- tenía en el Estado. Dentro podía encontrarse de todo: desde ropa y alimentos hasta productos de cosmética y electrodomésticos. Y lo más importante: todo a precios mucho más bajos que en el resto de comercios del país. Realmente, los SEPU supieron reunir a todos los ingredientes clave para triunfar y lo consiguieron. Pero nada dura para siempre y su historia tuvo un final nefasto.

Vamos al principio de la historia. El 9 de enero de 1934 Henry Reisembach y Edouard Worms, dos empresarios suizos de origen judío, viajaron a Barcelona para firmar el papeleo que les permitiría abrir los primeros grandes almacenes de España. En agosto ya inauguraron un SEPU en Madrid y el 26 de marzo de 1935 levantaron la persiana en la Rambla de Barcelona. Los pasillos enseguida se llenaron de gente. “El negocio les funcionó porque supieron llevar a España un formato muy novedoso para la época -expone Neus Soler, profesora y experta en marketing en la UOC-. Reflejándose en los almacenes Woolworth del Reino Unido, ofrecían una amplia variedad de productos en un mismo edificio y establecían un precio único: todos los artículos costaban entre 1 y 5 pesetas”, puntualiza Soler. Las familias de clase media y media-baja se hicieron entusiastas seguidoras. “A pesar de tener un poder adquisitivo limitado, podían encontrar todo lo que necesitaban y, además, podían comprar en un entorno muy moderno”, recalca esta profesora de la UOC. De hecho, los almacenes SEPU fueron los primeros comercios de España en incorporar las escaleras mecánicas, un auténtico símbolo de los centros comerciales.

Durante el franquismoSin embargo, la cadena lo pasó mal. Antes de la Guerra Civil, ambos fundadores de SEPU se habían alineado con las tesis republicanas. Además eran de origen judío. El cóctel hizo que tuvieran que hacer frente a una intensa campaña de desprestigio por parte de Falange Española y del diario Llega que duró años. Y cuando a mediados de los 40 la situación se calmó ya no eran los únicos grandes almacenes del mercado: había nacido El Corte Inglés. El mercado empezó a fragmentarse con modelos de negocio muy similares al suyo. En los 70, durante la primera crisis del petróleo, las ventas se redujeron y la compañía tuvo que endeudarse con créditos bancarios para hacer frente al pago de las nóminas. Entonces tenía 1.000 empleados, que se redujeron a la mitad a los cinco años. “El inicio de la estocada final llegó con la aparición de Amancio Ortega con Zara en 1974 -revela Soler-. También ofrecía un precio económico, pero además sus productos tenían diseño y eran modernos”. Dos suspensiones de pago en 1984 y 1994 ya auguraron que los SEPU estaban a punto de morir. En el 2000, en un intento de salvar a la compañía, cerró el mítico local de la Rambla. En 2002 decidieron cerrar para siempre, con deudas acumuladas de más de 13 millones de euros.

La lección

«Los negocios deben saber evolucionar al ritmo de la sociedad y ofrecer siempre lo que pide el mercado -reflexiona Neus Soler, profesora de marketing en la UOC-. Cierto es que SEPU nació bajo un concepto nuevo pero no supo avanzar hacia los deseos del cliente: un precio bajo pero con un diseño atractivo y moderno”, dice.

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