Gemma Llanes: "La agricultura ecológica es más de observación, vamos acompañados de la naturaleza"

Cofundadora de Pomona Fruits

Gemma Llanes y Xavier Viladot en una de las fincas de Pomona Fruits.
Redacció
20/01/2025
2 min

Gemma Llanes y Xavier Viladot encabezan Pomona Fruits en Ivars d'Urgell (Pla d'Urgell), una empresa familiar dedicada al cultivo y distribución de manzanas y peras ecológicas. Su apuesta por la sostenibilidad les llevó a ser uno de los ganadores de los Premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles, en su primera edición, en 2020. Un reconocimiento que la entidad otorga a los productores comprometidos con modelos de negocio sostenibles, tanto en el vertiente ambiental, como la social y la económica.

¿Por qué opta por la agricultura ecológica?

— Xavier es campesino de toda la vida. Él tenía el bagaje de tres generaciones dedicadas a la agricultura convencional, pero hace diez años decidimos realizar el cambio a ecológica y poner en marcha Pomona Fruits. Gracias a nuestros tres hijos, empezamos a consumir productos ecológicos en casa para mejorar nuestra alimentación.

¿Qué le implicó este cambio?

— La agricultura ecológica regenerativa nos hizo redescubrir el suelo. Si no está bien, no es fértil y todo lo demás no funciona: hay más plagas y la producción es más baja. Por eso, los primeros años fueron bastante complicados. A escala de producción, es desaprender por volver a aprender. La agricultura ecológica es más de observación, vamos acompañados de la naturaleza. Necesitas tener insectos y mucha vida en las fincas para controlar no sólo su producción, sino también sus plagas.

— En el fondo es dejar de poner el foco en el producto final y ponerlo al cuidado de todo el proceso.

Tiene un firme compromiso con la sostenibilidad. ¿Cómo influye en el resultado de sus productos?

— En este sentido, entre otras acciones, plantamos plantas aromáticas en nuestras fincas para impulsar y potenciar la biodiversidad, elaborando nuestros propios insumos. Al principio hacíamos poca producción, porque hicimos la conversión de las fincas en ecológicas poco a poco, pero hemos logrado encontrar el equilibrio. El producto final es más saludable, porque no tiene residuos químicos, y puesto que trabajamos al por menor, también somos más cuidadosos a la hora de cosechar y nos esperamos al momento óptimo, cuando los azúcares están más elevados. Además, algunos estudios como los de la doctora Dolores Raigón aseguran que los productos de la agricultura ecológica, además de ser más saludables, también contienen más nutrientes, antioxidantes, vitaminas, etc.

¿Los consumidores se fijan en estos aspectos?

— Existe un sector de la población que piensa en cuidarse y no compra sólo productos ecológicos, sino que los buscan de proximidad y de familias campesinas locales, lo que sirve también para cuidar el territorio.

¿Qué papel ha jugado BBVA en su proyecto?

— Nos ayudó mucho como altavoz de nuestro proyecto y este tipo de agricultura. Recibir uno de los premios BBVA a los Mejores Productores Sostenibles en 2020 nos sirvió para darnos a conocer y concienciar a la gente de nuestro entorno.

Y a partir de ahora, ¿qué retos se plantea?

— Nuestro objetivo, desde el principio, fue una substancial mejora de nuestros suelos. Y lo estamos consiguiendo. Disfrutamos porque vemos los resultados y la gente que consume nuestra fruta nos felicita. Es la herencia que dejaremos a nuestros hijos y estamos muy orgullosos.

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